jueves, 29 de abril de 2010

Sin importar de dónde es o cuánto tiene, todos los seres humanos necesitamos del contacto físico con otras personas.




Según los expertos, la terapia de abrazos produce una sensación de bienestar que puede reducir la presión arterial, la ansiedad, el estrés y la depresión. Se ha descubierto que un abrazo recibido en el contexto adecuado puede liberar endorfinas.



Las endorfinas son liberadas por el cerebro humano y ayudan a elevar el umbral del dolor, aumentan la sensación de placer y felicidad e, incluso, retardar la sensación de fatiga.



Kathleen Keating, autora del libro “La Terapia del Abrazo” explica que los abrazos ayudan no sólo a sentirnos bien, también favorece el buen desarrollo de la inteligencia en los niños, a superar los miedos y es un factor anti-envejecimiento.



Además, puede disminuir el apetito, combatir el insominio, reducir la tensión y alentar el altruismo y la autoestima. El contacto físico del abrazo llena de energía tanto al que abraza como al que recibe el abrazo. Un estudio demuestra que las caricias y abrazos le hacen bien al corazón de la mujer.



Sin embargo, es importante aclarar que no a todas las personas les agrada el contacto físico pero incluso a ellas se les puede abrazar en la medida en que se sientan cómodas.



Se recomienda recibir de cuatro hasta doce abrazos diarios para contribuir de manera significativa a la salud en general de las personas. ¿Te interesa intentarlo? Pues no lo pienses y pon brazos a la obra.

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