viernes, 29 de octubre de 2010

HAY PERSONAS





Nuestra vida es una telaraña de encuentros y desencuentros, de decisiones que nos llevan a otro hilo y a la vida de otra persona. Aún así, algunos nos marcan más que otros, ya sea para bien o para mal.
Hay personas que pasan por nuestra vida como un vendaval y aún así dejan en nosotros la impronta de su paso.



Son personas que nos marcan, dejándonos una huella imborrable a lo largo de nuestra vida... ya sea de dolor o de felicidad.
Son personas que nos cambian, que cambian nuestro modo de ver la vida, incluso nuestras futuras decisiones.


Son personas que nos hacen desear ser mejores, incluso llegar a serlo.




Algunas son personas que desearíamos no haber conocido jamás, y otras lamentamos que no hallan formado parte de nuestras vidas por más tiempo.




Y, por encima de todo, son personas que aunque una parte de nostros lamente su desaparición de nuestras vidas, la otra no puede dejar de darle las gracias a Dios por cada segundo pasado a su lado.

Son personas que lo cambian todo... son las personas que dejan huella.




Toma una sonrisa y désela a quien jamás la tuvo... Toma un rayo de sol y le hará volar allí donde reina la noche... Toma una lágrima y póngala en el rostro de quien jamás lloró... Toma coraje y póngalo en el ánimo de quien no sabe luchar... Descubra la vida y descríbala a quien no sabe entenderla... Toma la esperanza y viva en su luz... Toma la bondad y désela a quien no sabe darla... Descubra el amor y delo a conocer al mundo...





Miles de personas pasan por la vida, pero sólo unas pocas se quedan en la mente o mejor aún… en el corazón. Estamos en este mundo por y para algo, nada es casualidad, sino causalidad. Todo lo que se hace ya estaba escrito.


Lo que tenemos que hacer para que nuestro paso por la vida no sea sólo un nombre o un número de identidad, es tratar de ser una persona que se recuerde, dejar una enseñanza, que se nos recuerde por las buenas obras hemos hecho, por la ayuda desinteresada a nuestros semejantes…






HAY PERSONAS


Hay personas calladas, que necesitan de alguien para conversar.
Hay personas tristes, que necesitan de alguien que las consuele.
Hay personas tímidas, que necesitan de alguien que las ayude a vencer la timidez.
Hay personas solas, que necesitan de alguien para jugar.


Hay personas con miedo, que necesitan de alguien que les de la mano.
Hay personas fuertes, que necesitan de alguien que las haga pensar,


en la mejor manera de usar su fuerza.
Hay personas habilidosas, que necesitan de alguien que les ayude a descubrir,
la mejor manera de usar su habilidad.
Hay personas que juzgan, que no saben hacer nada y necesitan de alguien que las ayude,
a descubrir cuánto saben hacer.


Hay personas apresuradas, que necesitan de alguien que les muestre ,

todo lo que no tienen tiempo para ver.


Hay personas impulsivas, que necesitan de alguien que las ayude a no lastimar a otros.


Hay personas que se sienten afuera, y necesitan de alguien que les muestre el camino de entrada.
Hay personas que dicen que no sirven para nada y necesitan de alguien que las ayude a descubrir cuán importantes pueden ser.




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HAY PERSONAS QUE NECESITAN DE ALGUIEN,







QUIZÁS COMO TÚ O COMO YO.











(…) Yo siento que el gran destructor de la paz hoy es el aborto, porque es una guerra contra el niño, una matanza directa de niños inocentes, asesinados por la propia madre.


Y si nosotros aceptamos que una madre pueda matar incluso a su propio hijo, ¿cómo es que podemos decir a otras personas para que no se maten? ¿Cómo persuadimos a una mujer para no hacer el aborto? Como siempre, debimos de persuadirles con amor y debimos de recordarles que amor significa estar dispuesto a donarse hasta quebrarse. Jesús dio Su vida por amor a nosotros.


Así, la madre que piensa en abortar, debe ser ayudada a amar, o sea, a donarse hasta que quiebre sus planes, o su tiempo libre, para respetar la vida de su hijo. El padre de este niño, quienquiera que él sea, debe también donarse hasta que se quiebre.


A través del aborto, la madre no aprende a amar, sino que mata a su propio hijo para resolver sus problemas.


Y, a través del aborto, se dice al padre que él no tiene que tener ninguna responsabilidad por el niño que él trajo al mundo. Este padre probablemente va a poner a otras mujeres en la misma situación. Luego, el aborto sólo trae más aborto.


Cualquier país que acepte el aborto no está enseñando a su pueblo a amar, sino a usar de cualquier violencia para conseguir lo que se quiere. Por eso es que el mayor destructor del amor y de la paz es el aborto.
“Vamos a rescatar al niño”. El niño es el don de Dios para la familia. Cada niño es creado a imagen y semejanza de Dios para grandes cosas — para amar y ser amado. Cuando las personas más viejas son llamadas a Dios, solamente sus hijos pueden tomar sus lugares.


¿Pero que nos dice Dios? Él dice: “Pues aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido.


Míra, en las palmas de mis manos te tengo tatuada” (Is 49, 15-16). Nosotros estamos grabados en la palma de la mano de Dios; aquel niño que aún no nació está grabado en la mano de Dios desde la concepción y es llamado por Dios a amar y ser amado no solamente en esta vida, sino para siempre. Dios jamás se olvida de nosotros.

Por favor no mate a ese niño. Yo quiero a ese niño. Por favor denme a ese niño. Yo estoy dispuesta a aceptar cualquier niño que esté por ser abortado y dar este niño a una pareja que irá a amar al niño y ser amado por ella.


La forma de planear la familia es la planificación familiar natural, no la contracepción. Al destruir el poder de dar la vida, a través de la contracepción, un marido o esposa está haciendo algo para sí mismo. Atrae la atención para sí y así destruye el don del amor en él o en ella. Al amar, el marido y mujer deben volver la atención entre sí como sucede en la planificación familiar natural, y no para sí mismos, como sucede en la contracepción. Una vez que el amor vivo es destruido por la contracepción, fácilmente se sigue el aborto.
Tú también debes traer esta presencia de Dios para tu familia, pues la familia que reza unida, permanece unida. Existe tanto odio, tanta miseria, y nosotros con nuestras oraciones, con nuestro sacrificio, estamos comenzando en casa. El amor comienza en casa, y no se trata de cuánto nosotros hacemos, sino cuanto amor colocamos en aquello que hacemos.


Si recordamos que Dios nos ama, y que nosotros podemos amar a los otros como Él nos ama, entonces América puede hacerse una señal de paz para el mundo. De aquí debe salir hacia el mundo, una señal de cuidado para el más débil de los débiles — el futuro niño.

Madre Teresa de Calcuta




"Escuchame mama: Yo nunca hable contigo y quizas jamas lo hagamos, pero hoy he querido saludarte...Como estas?


Te he notado muy inquieta y se que has decidido separarte de mi, he llorado mucho, pues aunque soy muy pequenito, tengo sentimientos inmensamentes grandes.


Tu sabes...Me han dicho que la vida es muy bella, aunque vivas maldiciendo la tuya.


Antes que me dejes...Queria preguntarte algo:


Porque te averguenzas de mi?


Porque te empenas tanto en que tu y yo no separemos?...Entonces fui yo el motivo de tus lagrimas, de tu ira, y de que tu cara se sonroje frentes a tus "Amigos"?


Acaso no soy sangre de tu sangre, cuerpo de tu cuerpo, y alma de tu alma?


Pero aunque pronto mi corazoncito dejara de latir junto al tuyo, yo seguire viviendo en tu recuerdo y en tu conciencia.


Me hubiera gustado llegar a ser tu hijo, tu amigo, tu companero, aquel motivo de tus suenos o ese aire de tu vida, pero tu no quisiste.



Despues de esto no tengo mucho que decirte, tan solo que...Ya me habia encarinado contigo MAMA, pero es triste y ha llegado el momento, ahora solo deja que apoye mis labios en tus entranas, para que despues no puedan desprenderte de este beso y de este adios...