jueves, 29 de abril de 2010

Quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen.



Hay quienes creen que el destino descansa en las rodillas de los dioses, pero la verdad es que trabaja, como un desafío candente, sobre las conciencias de los hombres.

Destino

EDUARDO GALEANO


Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos.







Fin
La Justicia divina y la Justicia humana






En un ingreso anterior, titulado “Merecimientos y justicia en los galardones”, dedicado a criticar los criterios de justicia con los cuales se otorgan premios en el mundo entero, haciendo específica referencia a Miss Universo y a la nominación de Ingrid Betancourt para el Nobel de paz, recibí varios valiosos comentarios de lectores. Particularmente, me gustaría destacar el de un lector que se autodenomina Pseudo, quien cuestiona mi punto de partida acerca de las diferentes clases de justicia que pueden existir.






Mediante el relato de un ejemplo personal (o por lo menos así parece), nos muestra de qué manera ha asumido que la justicia es una categoría que está reservada a Dios. El único ser justo es Dios, dice el autor del comentario. El hombre puede intentar ser equitativo, pero nunca justo, porque la justicia es para el hombre pero no del hombre. En consecuencia, la justicia siempre se nos quedará corta, dice Pseudo.






En su momento, me valí de una clasificación de justicia absolutamente arbitraria, poco académica, pero ejemplarizante. Me referí a la justicia jurídica, y a la justicia no jurídica. El punto que se quiso ejemplificar con esto, es que la justicia, entendida como realización humana y social, se fundamenta en una serie de parámetros. Algunos podrían hablar de principios orientadores de la justicia, pero francamente, esto es debatible. En una cuestión sí estoy de acuerdo con el comentario de Pseudo, la justicia nos ha quedado grande. De hecho, es esa la motivación principal para abrir este modesto espacio en la red, para disertar sobre el tema.






Más allá de pretender dar cátedra acerca de las teorías sobre justicia, elaboradas por filósofos, sociólogos y abogados, me interesa más hablar acerca de la justicia divina, la justicia poética y la justicia natural. Estos conceptos que son utilizados de manera habitual por las personas ávidas de ella. Normalmente, quien vive bien, sin preocupaciones, poco se refiere a la justicia. Por qué, entonces, referirse a la justicia divina, o poética, o natural, o a la justicia jurídica? Razones hay muchas. En primer lugar, el concepto de justicia es de los pocos que puede ser utilizado indistintamente tanto para intentar preservar un status quo, como para intentar cambiarlo. Por ejemplo, es justo acatar las sentencias judiciales, pero es injusto cuando un juez falla incorrectamente, ya sea por torpeza, por dolo o por ignorancia. En ese sentido, entonces, el concepto de justicia que sirve de consuelo, no es la justicia contenida en la ley. Ese está muy claro. El que nos sirve de consuelo es que algún día, ya sea por intervención divina o por alineación de los astros, o por simple equilibrio de fuerzas, el mal que nos fue inferido, será castigado y a nosotros nos será resarcido.






He aquí donde conviene tocar “la verdadera justicia”, en términos de nuestro lector, es decir la de Dios. Para aquellos que no creen en la existencia de Dios, o que creen en la existencia diferente al Dios de los cristianos católicos, pueden acomodar estos comentarios, para ajustarlos al ser, fuerza o ente que consideran que gobierne el universo. Sé que no es asimilable, pero espero entiendan que por razones de espacio no puedo referirme a cada caso específico.






El único ser justo, es Dios, menciona mi crítico. Los seres humanos hacemos intentos permanentes por ser equitativos, pero nunca podremos llegar a ser justos. Intentemos desarrollar esto con argumentos lógicos. Para ello, hay que partir de una serie de premisas y conclusiones.






Argumento 1:


Premisa 1: Si hacemos referencia a Dios, hacemos referencia al creador de todo. Premisa 2: Existen opuestos permanentes que se interrelacionan constantemente, como el día y de la noche, el calor y el frío, lo dulce y lo amargo. Conclusión: Dios ha creado opuestos permanentes que se interrelacionan constantemente, como el día y la noche, el calor y el frío, lo dulce y lo amargo.






Argumento 2:


Premisa 1: Dios ha creado al hombre bajo el principio de que obrará según su libre albedrío. Premisa 2: El hombre puede libremente obrar o dejar de hacerlo. Conclusión: Dios ha creado al hombre de forma que libremente pueda obrar o dejar de hacerlo.






Argumento 3:


Premisa 1: Dios es eterno. Premisa 2: Dios es justo. Conclusión: La justicia de Dios es eterna.






Argumento 4:


Premisa 1: Dios ha dotado al hombre de alma. Premisa 2: La conciencia es una manifestación del alma humana. Conclusión: Dios ha dotado al hombre de conciencia.






Argumento 5:


Premisa 1: La conciencia le permite al hombre discernir lo bueno de lo malo. Premisa 2: La bueno es justo y lo malo es injusto. Conclusión: La conciencia le permite al hombre discernir entre lo justo y lo injusto.






Argumento 6:


Premisa 1: La justicia humana parte de la realidad humana. Premisa 2: La realidad humana no es absoluta sino relativa. Conclusión: La justicia humana es relativa.






Argumento 7:


Premisa 1: Dios permite que ocurran cosas buenas y malas, al igual que castiga y premia. Premisa 2: Dios no posee conciencia, porque esta última es de su propia creación. Conclusión: Dios castiga y premia, y permite que pasen cosas buenas y malas conforme a parámetros diferentes a la conciencia.






Argumento 8:


Premisa 1: El hombre no ha podido entender a Dios. Premisa 2: El hombre no comprende lo que no entiende. Conclusión: El hombre no puede comprender a Dios.










A pesar de que podría extenderme mucho más en argumentos como los anteriores para ahondar más en puntos específicos, conviene sintetizar las 6 conclusiones atrás obtenidas, para efectos de llegar a otras conclusiones un poco más profundas que nos permitan abordar el tema.






Argumento A:






Premisa 1: Dios ha creado opuestos permanentes que se interrelacionan constantemente, como el día y la noche, el calor y el frío, lo dulce y lo amargo. Premisa 2: La justicia de Dios es eterna. Conclusión: La existencia de opuestos permanentes y en equilibrio es eterna y justa.






Argumento B:






Premisa 1: Dios ha creado al hombre de forma que libremente pueda obrar o dejar de hacerlo. Premisa 2: La conciencia le permite al hombre discernir entre lo justo y lo injusto. Conclusión: Dios ha creado al hombre de manera tal que pueda obrar o no hacerlo, discerniendo si su conducta es justa o no.






Argumento C:






Premisa 1: Dios ha dotado al hombre de conciencia. Premisa 2: Dios castiga y premia, y permite que pasen cosas buenas y malas conforme a parámetros diferentes a la conciencia. Conclusión: La justicia divina se rige por parámetros diferentes a la humana.






Argumento D:






Premisa 1: La justicia humana es relativa. Premisa 2: El hombre no puede comprender a Dios Conclusión: El hombre no puede comprender la justicia de Dios.






Podemos incluso, intentar hacer un ejercicio conceptual, fundado en las conclusiones extraídas aquí, para obtener unas conclusiones de tercer nivel:






Argumento I:






Premisa 1: La existencia de opuestos permanentes y en equilibrio es eterna y justa. Premisa 2: El hombre no puede comprender la justicia de Dios. Conclusión: El hombre no puede comprender los opuestos permanentes creados por Dios de manera justa.






Argumento II:






Premisa 1: Dios ha creado al hombre de manera tal que pueda obrar o no hacerlo, discerniendo si su conducta es justa o no. Premisa 2: La justicia divina se rige por parámetros diferentes a la humana. Conclusión: La justicia humana puede o no, coincidir en algunos aspectos con la justicia divina.






Argumento Final:






Premisa 1: La justicia humana puede o no, coincidir en algunos aspectos con la justicia divina. Premisa 2: El hombre no puede comprender los opuestos permanentes creados por Dios de manera justa. Conclusión: La concepción de justicia humana puede o no coincidir con la justicia divina, que implica la armonización de opuestos permanentes, pero que nunca podrá ser comprendida por el hombre.






Retomando, entonces, antes de ingresar mis consideraciones finales, repasemos las conclusiones, en su orden:






- Dios ha creado opuestos permanentes que se interrelacionan constantemente, como el día y la noche, el calor y el frío, lo dulce y lo amargo.


- Dios ha creado al hombre de forma que libremente pueda obrar o dejar de hacerlo.


- La justicia de Dios es eterna.


- Dios ha dotado al hombre de conciencia.


- La conciencia le permite al hombre discernir entre lo justo y lo injusto.


- La justicia humana es relativa.


- Dios castiga y premia, y permite que pasen cosas buenas y malas conforme a parámetros diferentes a la conciencia.


- El hombre no puede comprender a Dios.


- La existencia de opuestos permanentes y en equilibrio es eterna y justa.


- Dios ha creado al hombre de manera tal que pueda obrar o no hacerlo, discerniendo si su conducta es justa o no.


- La justicia divina se rige por parámetros diferentes a la humana.


- El hombre no puede comprender la justicia de Dios.


- El hombre no puede comprender los opuestos permanentes creados por Dios de manera justa.


- La justicia humana puede o no, coincidir en algunos aspectos con la justicia divina.


- La concepción de justicia humana puede o no coincidir con la justicia divina, que implica la armonización de opuestos permanentes, pero que nunca podrá ser comprendida por el hombre.






El anterior ejercicio, que no pretende ser concluyente, pero sí plantear someramente la posición de esta Gaviota, permite entonces concluir que el hecho de que la justicia, en última instancia, esté reservada a Dios, no implica que no pueda existir justicia humana. Todo ello, sobre todo, si se acepta que el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios, que puede conocer algo de su mensaje y que esta situación masificada permite establecer un concepto generalizado de lo bueno y lo malo, que va decantándose a lo que finalmente hemos de llamar justicia.






Siendo un poco más técnico y menos visceral, me gustaría aclarar que, al menos desde el punto de vista jurídico, justicia y equidad son dos conceptos diferentes. Precisamente la equidad implica una flexibilización de la justicia, de forma tal que quien se encuentra en un estado de inferioridad puede ser auxiliado por ésta (la equidad) para procurar que prevalezca un interés superior que se considera justo. Ejemplo de ello es lo que ocurre en materia de subsidios en materia de seguridad social. Es justo que todos los ciudadanos contribuyan a la manutención del sistema, pero conforme a criterios de solidaridad equidad, incluso aquellos que no se encuentran en posibilidad de cotizar, obtienen una serie de beneficios en materia de seguridad social. Esto, vuelvo y repito, al menos desde el punto de vista de la justicia jurídica.






Es mi percepción, que la justicia no está reservada a Dios, precisamente porque Dios no quiso acapararla, sino permitírnosla conocer, mediante nuestras conciencias, y mediante los mensajes de profetas, santos y por supuesto, de su hijo. El papel de cada individuo en la construcción de la justicia es crucial, pues si bien es cierto que Dios todo lo puede, es cierto igualmente que nos ha dado la bella facultad de hacer de nuestras vidas lo mejor que podamos hacer de ella, contando con su auxilio, pero sin que él nos reemplace en nuestras funciones, deberes y derechos. Es decir, cada uno construye su vida al igual que cada uno decanta su personalidad con el paso del tiempo. Nuestra vida no llega hecha, la construimos. La misma lógica es aplicable a la justicia humana, se construye día a día.


Osho:




El amor es la unión, el encuentro orgásmico de la muerte y la vida. Si no has conocido el amor, te lo has perdido. Naciste, viviste y moriste, pero perdiste la oportunidad. Te has equivocado tremendamente, totalmente, absolutamente, has perdido el intervalo entre las dos notas. Ese intervalo es el pináculo más alto, la experiencia suprema.



Para alcanzarlo, hay cuatro pasos que debes recordar.



El primero: estar aquí y ahora, porque el amor sólo es posible en el "aquí-ahora". No puedes amar en el pasado. Muchas personas viven simplemente de recuerdos, amaron en el pasado. Y hay otros que aman en el futuro; eso tampoco se puede hacer. Estas son formas de evitar al amor. El pasado y el futuro son las formas de evitar al amor.



De modo que amas en el pasado o amas en el futuro y el amor es sólo posible en el presente porque sólo en este momento la vida y la muerte se encuentran... en el oscuro intervalo que está dentro de ti. Ese intervalo oscuro está siempre en el presente, siempre en el presente, siempre en el presente. Nunca es pasado y nunca es futuro. Si piensas demasiado—y pensar es siempre o del pasado, o del futuro—tus energías se separarán de tus sentimientos. Sentir es estar aquí-ahora. Si tus energías se mueven en función del pensar, entonces no tendrás suficientes energías para adentrarte en los sentimientos y el amor no será posible.



Así que el primer paso es estar aquí-ahora. El futuro y el pasado traen pensamientos y el pensar destruye el sentir. Y una persona obsesionada con el pensar, poco a poco se olvida completamente de que también tiene un corazón.



Un hombre que piensa demasiado, avanza de tal manera que, poco a poco, deja de expresar lo que siente. No prestándole atención al sentir, empieza a alejarse de él. Hay millones de personas en este estado sin saber qué significa el corazón. Creen que es sólo un mecanismo. Se concentran exclusivamente en la mente. La mente es un extremo, es necesaria, es un buen instrumento, pero debe usarse como un esclavo. No debe ser el amo. Una vez que la mente se convierta en el amo y dejes en segundo término al corazón, vivirás, morirás, pero no sabrás qué es Dios, porque no sabrás qué es el amor.



Al contactar con él por primera vez ,ese intervalo oscuro parece ser amor y cuando te pierdes en él, se convierte en Dios. Dios comienza con el amor, o Dios es la última cúspide del amor.



El segundo paso hacia el amor es: aprende a transformar tus venenos en miel...



Mucha gente ama, pero su amor está muy contaminado con venenos, con odio, celos, furia, posesividad. Mil y un venenos asedian tu amor. El amor es algo delicado. Detente a pensar en la ira, en el odio, en la posesividad, en los celos. ¿Cómo puede el amor sobrevivir?



En primer lugar las personas utilizan demasiado la cabeza y olvidan el corazón. Son la mayoría. Una minoría, todavía vive un poco en el corazón, pero esa minoría también está equivocada, su pequeña luz de amor está rodeada por celos, odio, ira y mil y un venenos. Así, todo el viaje se vuelve amargo. El amor es la escalera entre el cielo y el infierno, pero la escalera siempre tiene dos caminos: puedes subir o bajar. Si existen venenos, la escalera te llevará hacia abajo. Entrarás en el infierno y no en el cielo. Y en vez de alcanzar una melodía tu vida será un estruendo nauseabundo, contradictorio, como el ruido del tráfico. Un ruido enloquecedor, una multitud ruidosa, sin armonía. Permanecerás al borde de la locura.



Por lo tanto lo segundo a recordar es: aprende a transformar tus venenos en miel.



¿Cómo serán transformados? Hay un proceso simple. De hecho no es correcto llamarlo transformación porque no tienes que hacer nada, sólo necesitas paciencia. Te estoy revelando uno de los mayores secretos. Inténtalo: cuando sientas rabia, no hagas nada, sólo siéntate en silencio y observa. No estés ni a favor, ni en contra. No cooperes con ella, no la reprimas. Sólo obsérvala, ten paciencia, mira lo que sucede... déjala surgir.



Recuerda una cosa: nunca hagas nada cuando el veneno se apodere de tu estado de ánimo, simplemente espera. Cuando el veneno empiece a cambiar...



Esta es una de las leyes básicas de la vida: todo cambia continuamente. Como te había dicho, el hombre se vuelve mujer y la mujer se vuelve hombre, porque periódicamente ocurren cambios en ti. El hombre bueno se vuelve malo y el malo bueno; el santo tiene momentos de pecador y el pecador, de santo... uno sólo tiene que esperar.



No actúes cuando la furia está en su punto más álgido, si no te arrepentirás y entrarás en una reacción en cadena y crearás karma. Es así como entras en el karma. Haz algo cuando estés en un momento negativo y formarás parte de una cadena interminable. Cuando estás negativo y actúas, el otro se vuelve negativo, el otro está dispuesto a hacer algo. La negatividad genera más negatividad. La negatividad provoca más negatividad, la furia crea más furia, la hostilidad crea más hostilidad y las cosas siguen y siguen y siguen. La gente ha estado luchando entre sí, durante vidas enteras. ¡Y aún continúan!



Espera. Cuando estás furioso, éste es el momento de meditar; no desperdicies ese momento. La ira está creando tanta energía en ti... que puede destruirlo todo. Pero la energía es neutral; la misma energía que puede destruir, puede ser creativa. Detente. La misma energía que puede destrozarlo todo, puede ser una lluvia de vida.



Sólo espera. Si esperas y haces las cosas sin prisa, un día te sorprenderás al ver el cambio interno. Estabas lleno de ira y la ira iba aumentando y aumentando hasta que llegaste a un clímax... y entonces el curso de las cosas empezó a cambiar. Y puedes ver que está cambiando y la furia va desapareciendo y la energía liberándose. Entonces estarás en un estado de ánimo positivo: el ánimo creativo. Ahora puedes hacer algo. Hazlo ahora. Espera siempre el momento positivo.



Y no estoy hablando de represión, no estoy diciendo que suprimas lo negativo. Lo que digo es que observes lo negativo. Recuerda la diferencia, existe una tremenda diferencia. No digo que te estanques en lo negativo, que te olvides de lo negativo, que hagas algo en contra de ello, no. No estoy diciendo eso. No digo que sonrías cuando estás furioso, no. Esa sonrisa será falsa, fea, fingida. No sonrías cuando estés furioso. Enciérrate en tu cuarto, coloca un espejo frente a ti y mira tu rostro lleno de rabia. No hay necesidad de mostrárselo a nadie. Es cosa tuya, es tu energía, tu vida y debes esperar el momento oportuno. Sigue mirándote al espejo, mira tu cara enrojecida, los ojos rojos, al asesino en ti. ¿Has pensado alguna vez que cada uno lleva un homicida en su interior? Tú también llevas uno. No creas que el asesino está en otra parte, ni creas que el que comete el asesinato es otro. No, todos tienen la posibilidad de asesinar. Llevas el instinto suicida en ti.



Mírate en el espejo; esos son tus diferentes estados, debes familiarizarte con ellos. Conocerse a uno mismo forma parte del crecimiento.



Desde Sócrates hasta nuestras días se ha oído: "Conócete a ti mismo". Pero ésta es la manera de conocerse a uno mismo. "Conocerte a ti mismo", no significa sentarse silenciosamente y repetir: "Soy Brahma, soy una alma, soy Dios, soy esto..." no tiene sentido. Conocerse a uno mismo quiere decir conocer todos los estados, todas las posibilidades: el asesino, el pecador, el criminal, el santo, lo sagrado dentro de ti, la virtud, el Dios, el Diablo. Conoce todos los estados, toda su gama; conociéndolos descubrirás secretos, llaves.



Verás que la ira no permanecerá para siempre, o ¿sí podrá? No lo has intentado; ¡Inténtalo! No puede permanecer para siempre. Si no haces nada, ¿qué sucederá? ¿Podría la ira quedar suspendida por siempre y para siempre? Nada permanece para siempre. La felicidad viene y se va, la infelicidad viene y se va. ¿Entiendes esta simple ley? Todo cambia, nada permanece. Así que, ¿por qué tener prisa? La rabia ha llegado. Se irá. Sólo espera, ten un poco de paciencia. Mira en el espejo y espera. Déjala correr, deja que tu rostro se vuelva feo y homicida, pero espera y observa.



No reprimas la rabia y no actúes bajo su influencia y pronto verás que tu rostro se suavizará, tus ojos se calmarán; la energía cambia, lo masculino se convierte en femenino... y pronto estarás radiante. La misma rojez que era rabia ahora ha adquirido un cierto resplandor, una belleza en tu rostro, en tus ojos. Ahora puedes salir, el momento de actuar ha llegado. Actúa cuando estés positivo. No fuerces a la positividad, deja que llegue a su tiempo. Este es el secreto. Cuando digo: "Aprende a transformar tus venenos en miel" , eso es lo que quiero decir.



Y tercero: comparte. Cuando tengas algo negativo, guárdalo para ti. Cuando tengas algo positivo, compártelo. La gente, comúnmente, comparte sus negatividades, no comparte sus experiencias positivas. La Humanidad es simplemente estúpida. Cuando están contentos no comparten, son avaros. Cuando se sienten infelices, son muy pródigos. Entonces están mucho más dispuestos a compartir. Cuando la gente sonríe, sonríe muy moderadamente, sin llegar muy lejos, pero cuando están furiosos, lo están totalmente. El tercer paso es compartir la positividad. Esto hará que tu amor fluya como un río y hará que surja de tu corazón. El dilema de tu corazón empezará a cambiar cuando compartas.



He oído un dicho muy extraño de Jorge Luis Borges. Escúchalo:







"Dale aquello que es sagrado a los perros.



Arroja las perlas a los puercos



porque lo que importa es dar".







Has oído lo contrario que dice así: "No arrojes nada a los perros y no des perlas a los puercos, porque no entenderán".



Lo que importa no es lo que estás dando: perlas, santidad y amor, ni a quién se lo estás dando. Eso no es importante. Lo importante es que estés dando. Da cuanto tengas. Gurdjieff solía decir: "Todo lo que acumulé, lo perdí y todo lo que di, es mío. Todo aquello que di aún lo tengo, y todo lo que acumulé se perdió, se fue." Cierto; tienes sólo aquello que has compartido. El amor no es una propiedad para ser guardada; es un resplandor, es una fragancia para ser compartida. Cuanto más compartas, más tendrás; cuanto menos compartas, menos tendrás.



Cuanto más compartas, más surgirá de tu interior. Es infinito; más brotará. Saca agua del pozo y más agua fresca fluirá hacia él. Deja de sacar agua, cierra el pozo, sé un miserable y cesará de manar. Poco a poco las fuentes morirán, se bloquearán y el agua que está en el pozo se corromperá, se volverá rancia y sucia. El agua que corre es fresca... el amor que fluye es fresco.



Así que el tercer paso hacia el amor es compartir tus cosas positivas, compartir tu vida, compartir todo lo que tengas. Todo lo bello que tengas, no lo escondas.



Comparte tu sabiduría, comparte tu oración, tu amor, tu felicidad, tu gozo; comparte. Sí, si no encuentras a nadie, comparte con los perros, pero comparte. Con las rocas, pero comparte. Cuando tengas perlas, espárcelas. No te preocupes si las das a los puercos o a los santos. Lo que importa es dar.



El almacenamiento envenena el corazón. Toda acumulación es venenosa. Si compartes, tu sistema estará libre de venenos. Y cuando des, no te preocupes por si serás correspondido o no, no esperes ni tan siquiera las gracias. Siéntete agradecido a la persona que te permitió compartir algo con ella. No esperes en el fondo de tu corazón que él tenga que sentirse agradecido porque compartiste algo con él. No, siéntete agradecido porque él estuvo dispuesto a escucharte, a compartir un poco de energía contigo, porque estuvo dispuesto a escuchar tu canción, dispuesto a ver tu danza, porque cuando fuiste hacia él a darle no te rechazó... pudo haberlo hecho.



El compartir es una de las virtudes más espirituales, una de las más grandes.



Y la cuarta: no seas "alguien". Una vez que comienzas a pensar que eres alguien, te estancas. Entonces el amor no fluye. El amor sólo fluye de alguien que no es nadie. El amor mora sólo en la nada.



Cuando estás vacío, hay amor.



Cuando estás lleno de ego, el amor desaparece.



El amor y el ego no pueden converger.



El amor puede existir con Dios y no con el ego, porque el amor y Dios son sinónimos. Es imposible que el amor y el ego estén juntos. Así que, sé la nada. El "no ser" es la fuente de todo, el "no ser" no ser es la fuente del infinito... "no ser" es Dios. Ser "la nada" significa nirvana.



Sé "la nada" y al serlo, habrás alcanzado el Todo. Siendo "algo" te perderás; al ser "la nada", llegarás a casa.

Enseñame tus manos

A veces las cosas se tuercen te lo digo por cierto



y te encuentras frente a ese desierto abierto


con el hielo mudo y el coraje lento


tan viejo como el mismo mundo


el cariño y el despecho,


el camino se hace andando, si


pero un desierto es un desierto






Ya sé por qué le ganó a nuestro labio el silencio,


y es que el reloj no tiene el tiempo


no tiene el miedo


el caso es que no conseguimos aislarnos del resto de este mundo


donde los humanos, cambian los sueños por aire


dame alguna excusa que nos salve


o que nos traguen siete mares


pero no me quites el coraje.






Enséñame tus manos


abre las palmas que las vea


y ahora, dime si aún te queda un poco de esperanza en ellas


enséñame tus manos, esas, con las que nos acariciamos


y hoy nos hacemos, tanto daño, tanto daño amor






Tal vez por qué para ti sólo soy un cero a la izquierda


y no hay ganas de que multiplique mi cariño por tus ganas,


y nos den más que cero






Ya sé por qué le ganó a nuestro labio el silencio,


y es que el reloj no tiene el tiempo


no tiene el miedo


no tiene el fuego…


no te preocupes, que hoy es domingo y Dios descansa


disfrutemos del momento y de este sitio que nos regala






Dame alguna excusa que nos salve


o que nos traguen siete mares


pero no me quites el coraje.






Enséñame tus manos


abre las palmas que las vea


y ahora, dime si aún te queda un poco de esperanza en ellas


enséñame tus manos, esas, con las que nos acariciamos


y hoy nos hacemos, tanto daño.






Enséñame tus manos…


que las mías se han cansado de intentar coger el


mundo con los puños apretados…


enséñame tus manos, esas, con las que nos acariciamos


y hoy nos hacemos, tanto daño.
Sin importar de dónde es o cuánto tiene, todos los seres humanos necesitamos del contacto físico con otras personas.




Según los expertos, la terapia de abrazos produce una sensación de bienestar que puede reducir la presión arterial, la ansiedad, el estrés y la depresión. Se ha descubierto que un abrazo recibido en el contexto adecuado puede liberar endorfinas.



Las endorfinas son liberadas por el cerebro humano y ayudan a elevar el umbral del dolor, aumentan la sensación de placer y felicidad e, incluso, retardar la sensación de fatiga.



Kathleen Keating, autora del libro “La Terapia del Abrazo” explica que los abrazos ayudan no sólo a sentirnos bien, también favorece el buen desarrollo de la inteligencia en los niños, a superar los miedos y es un factor anti-envejecimiento.



Además, puede disminuir el apetito, combatir el insominio, reducir la tensión y alentar el altruismo y la autoestima. El contacto físico del abrazo llena de energía tanto al que abraza como al que recibe el abrazo. Un estudio demuestra que las caricias y abrazos le hacen bien al corazón de la mujer.



Sin embargo, es importante aclarar que no a todas las personas les agrada el contacto físico pero incluso a ellas se les puede abrazar en la medida en que se sientan cómodas.



Se recomienda recibir de cuatro hasta doce abrazos diarios para contribuir de manera significativa a la salud en general de las personas. ¿Te interesa intentarlo? Pues no lo pienses y pon brazos a la obra.



¿Cómo entra la luz en una persona?
 Si la puerta del amor está abierta.

Cada ser humano tiene, dentro de sí,
algo mucho más importante que él mismo:
su don.
Cada persona, en su existencia, puede tener dos actitudes: construir o plantar. Los constructores un día terminan aquéllo que estaban haciendo y entonces les invade el tedio. Los que plantan a veces sufren con las tempestades y las estaciones, pero el jardín jamás para de crecer.