POEMA DE LOS DONES
Nadie rebaje a lágrima o reproche
esta declaración de la maestría
de Dios, que con magnífica ironía
me dio a la vez los libros y la noche.
De esta ciudad de libros hizo dueños
a unos ojos sin luz, que sólo pueden
leer en las bibliotecas de los sueños
los insensatos párrafos que ceden
las albas a su afán. En vano el día
les prodiga sus libros infinitos,
arduos como los arduos manuscritos
que perecieron en Alejandría.
De hambre y de sed (narra una historia griega)
muere un rey entre fuentes y jardines;
yo fatigo sin rumbo los confines
de esta alta y honda biblioteca ciega.
Enciclopedias, atlas, el Oriente
y el Occidente, siglos, dinastías,
símbolos, cosmos y cosmogonías
brindan los muros, pero inútilmente.
Lento en mi sombra, la penumbra hueca
exploro con el báculo indeciso,
yo, que me figuraba el Paraíso
bajo la especie de una biblioteca.
Algo, que ciertamente no se nombra
con la palabra azar, rige estas cosas;
otro ya recibió en otras borrosas
tardes los muchos libros y la sombra.
Al errar por las lentas galerías
suelo sentir con vago horror sagrado
que soy el otro, el muerto, que habrá dado
los mismos pasos en los mismos días.
¿Cuál de los dos escribe este poema
de un yo plural y de una sola sombra?
¿Qué importa la palabra que me nombra
si es indiviso y uno el anatema?
Groussac o Borges, miro este querido
mundo que se deforma y que se apaga
en una pálida ceniza vaga
que se parece al sueño y al olvido.
Jorge Luis Borges, 1960
Que el maquillaje no apague tu risa, que el equipaje no lastre tus alas, que el calendario no venga con prisas, que el diccionario detenga las balas, Que el corazón no se pase de moda, que los otoños te doren la piel, que cada noche sea noche de bodas, que no se ponga la luna de miel. Que todas las noches sean noches de boda, que todas las lunas sean lunas de miel.
sábado, 20 de marzo de 2010
KIM ... LA NIÑA DE VIETNAM
El napalm o gasolina gelatinosa es un combustible que produce una combustión más duradera que la de la gasolina simple. Esta característica ha hecho que sea utilizado por algunos ejércitos en varias guerras.
La desgarradora foto que ganó el Premio Pulitzer en 1972
"El 8 de junio de 1972, un avión norteamericano bombardeó con napalm la población de Trang Bang. Allí se encontraba Kim Phuc con su familia. Con su ropa en llamas, la niña de nueve años corrió fuera de la población. En ese momento, cuando sus ropas ya habían sido consumidas, el fotógrafo Nic Ut registró la famosa imagen."
La guerra de Vietnam dio lugar a muchas tragedias, algunas de las cuales son más conocidas que otras. La fotografía de una niña corriendo desnuda por la carretera, con su piel ardiendo a causa del napalm, cambió la forma en la que el mundo contemplaba la guerra de Vietnam y, de hecho, todas las guerras. Esa fotografía recorrió el mundo y luego ganó el premio Pulitzer. La niña que aparece en la foto es Kim Phuc.
Phan Thi Kim Phuc nació en 1963 y se crió en la aldea de Trang Bang, situada a 30 minutos al norte de Saigón.
El 8 de junio de 1972, los militares estadounidenses coordinaron un bombardeo con napalm a la zona en la cual vivía Kim.
Kim, de nueve años de edad, escapó del templo en el que se había refugiado junto con su familia. Dos de sus primos pequeños no sobrevivieron al ataque y Kim sufrió quemaduras muy graves.
Kim fue fotografiada mientras corría por la carretera gritando de dolor a causa de las quemaduras en su piel.
Nick Ut, el fotógrafo de la agencia AP que estaba allí cubriendo el ataque, tomó la fotografía de la niña. Conmovido por su dolor, la llevó enseguida al hospital más cercano. Luego pasó 14 meses recuperándose en el Hospital Barsky, el hospital estadounidense de Saigón.
La fotografía de Kim tomada por Nick Ut sigue siendo una de las imágenes más conmovedoras de la guerra de Vietnam.
Soldados norteamericanos brindándole primeros auxilios
Nadie esperaba que Kim Phuc sobreviviese. Quemaduras de tercer grado cubrían la mitad de su cuerpo y fueron necesarias 17 operaciones de injertos de piel. A los dos años, contra todo pronóstico y con la ayuda de los médicos que se dedicaron a su cuidado, fue capaz de volver a su aldea. Así, de esta forma ella y su familia soñaban en reconstruir sus vidas.
Lastimosamene el gobierno comunista la encontró y la utilizó impunemente sometiéndola a interminables entrevistas. Funcionarios del régimen la llevaron a la ciudad de Ho Chi Minh para que apareciese en películas propagandísticas y fue obligada a dejar la escuela y volver a su provincia en la que, como "símbolo nacional de la guerra", estaba sometida a una supervisión cotidiana del gobierno y su política.
-“Diez años más tarde, en 1982, tuve que sufrir otra prueba muy dura en mi vida. Yo había ingresado ya en la facultad de medicina de Saigón, pero por desgracia los agentes del gobierno se enteraron un día de que yo era la niñita de la foto y vinieron a buscarme para hacerme trabajar con ellos y utilizarme como símbolo. Yo no quería y les supliqué: “¡Déjenme estudiar! Es lo único que deseo”.
Entonces, me prohibieron inmediatamente que siguiera estudiando. Fue atroz. No lograba entender por qué el destino se encarnizaba conmigo y no podía seguir estudiando como mis amigos. Tenía la impresión de haber sido siempre una víctima. A mis 19 años había perdido toda esperanza y sólo deseaba morir.”
En 1986 Kim aprovechó una oportunidad de viajar para estudiar en Cuba, pero allí también interrumpió sus estudios. Tuvo varios problemas de salud, incluyendo diabetes, la cual empañó su visión.
Durante su estancia en Cuba conoció a Bui Huy Toan, otro estudiante vietnamita. Se casaron en 1992 y pasaron su luna de miel en Moscú. En su vuelo de vuelta a Cuba, la pareja desertó cuando su avión aterrizó en Gander -Terranova- para abastecerse de combustible.
Con la ayuda de algunos cuáqueros, se establecieron en Canadá, donde su esposo, especialista en computadoras, pudo conseguir un empleo como ayudante de enfermería en un hospital.
Kim con su hijo en brazos, muestra las secuelas del napalm en su espalda
En 1996, el Fondo para el Vietnam Veterans Memorial invitó a Kim a las ceremonias del día de los Veteranos que tuvieron lugar en este monumento en Washington D.C. Allí Kim se dirigió a miles de veteranos de la guerra de Vietnam. Les habló de sus experiencias tras el ataque con napalm a su aldea y de cómo había, por fin, encontrado la felicidad y la libertad tras años de dolor y sufrimiento. Habló de la paz y del perdón.
Públicamente manifestó su perdón al piloto que erróneamente había vaciado las bombas sobre su aldea.
El piloto se levantó y le dijo:
-“Es como una carga muy pesada que has quitado sobre mis hombros”.
Kim y el piloto se abrazaron emocionados.
Hoy en día Kim Phuc, la niña de la fotografía está casada y con 2 hijos y reside en Canadá. Preside la 'Fundación Kim Phuc', dedicada a ayudar a los niños víctimas de la guerra y fue nombrada embajadora para la UNESCO.
Kim en la actualidad, en su Fundación
Realmente un final felíz para alguien que vivió en carne propia los horrores de la guerra, muerte de seres queridos, secuelas en su salud y que nos entrega el ejemplo de que el verdadero perdón si existe, que perdonar y olvidar es posible.
El napalm o gasolina gelatinosa es un combustible que produce una combustión más duradera que la de la gasolina simple. Esta característica ha hecho que sea utilizado por algunos ejércitos en varias guerras.
La desgarradora foto que ganó el Premio Pulitzer en 1972
"El 8 de junio de 1972, un avión norteamericano bombardeó con napalm la población de Trang Bang. Allí se encontraba Kim Phuc con su familia. Con su ropa en llamas, la niña de nueve años corrió fuera de la población. En ese momento, cuando sus ropas ya habían sido consumidas, el fotógrafo Nic Ut registró la famosa imagen."
La guerra de Vietnam dio lugar a muchas tragedias, algunas de las cuales son más conocidas que otras. La fotografía de una niña corriendo desnuda por la carretera, con su piel ardiendo a causa del napalm, cambió la forma en la que el mundo contemplaba la guerra de Vietnam y, de hecho, todas las guerras. Esa fotografía recorrió el mundo y luego ganó el premio Pulitzer. La niña que aparece en la foto es Kim Phuc.
Phan Thi Kim Phuc nació en 1963 y se crió en la aldea de Trang Bang, situada a 30 minutos al norte de Saigón.
El 8 de junio de 1972, los militares estadounidenses coordinaron un bombardeo con napalm a la zona en la cual vivía Kim.
Kim, de nueve años de edad, escapó del templo en el que se había refugiado junto con su familia. Dos de sus primos pequeños no sobrevivieron al ataque y Kim sufrió quemaduras muy graves.
Kim fue fotografiada mientras corría por la carretera gritando de dolor a causa de las quemaduras en su piel.
Nick Ut, el fotógrafo de la agencia AP que estaba allí cubriendo el ataque, tomó la fotografía de la niña. Conmovido por su dolor, la llevó enseguida al hospital más cercano. Luego pasó 14 meses recuperándose en el Hospital Barsky, el hospital estadounidense de Saigón.
La fotografía de Kim tomada por Nick Ut sigue siendo una de las imágenes más conmovedoras de la guerra de Vietnam.
Soldados norteamericanos brindándole primeros auxilios
Nadie esperaba que Kim Phuc sobreviviese. Quemaduras de tercer grado cubrían la mitad de su cuerpo y fueron necesarias 17 operaciones de injertos de piel. A los dos años, contra todo pronóstico y con la ayuda de los médicos que se dedicaron a su cuidado, fue capaz de volver a su aldea. Así, de esta forma ella y su familia soñaban en reconstruir sus vidas.
Lastimosamene el gobierno comunista la encontró y la utilizó impunemente sometiéndola a interminables entrevistas. Funcionarios del régimen la llevaron a la ciudad de Ho Chi Minh para que apareciese en películas propagandísticas y fue obligada a dejar la escuela y volver a su provincia en la que, como "símbolo nacional de la guerra", estaba sometida a una supervisión cotidiana del gobierno y su política.
-“Diez años más tarde, en 1982, tuve que sufrir otra prueba muy dura en mi vida. Yo había ingresado ya en la facultad de medicina de Saigón, pero por desgracia los agentes del gobierno se enteraron un día de que yo era la niñita de la foto y vinieron a buscarme para hacerme trabajar con ellos y utilizarme como símbolo. Yo no quería y les supliqué: “¡Déjenme estudiar! Es lo único que deseo”.
Entonces, me prohibieron inmediatamente que siguiera estudiando. Fue atroz. No lograba entender por qué el destino se encarnizaba conmigo y no podía seguir estudiando como mis amigos. Tenía la impresión de haber sido siempre una víctima. A mis 19 años había perdido toda esperanza y sólo deseaba morir.”
En 1986 Kim aprovechó una oportunidad de viajar para estudiar en Cuba, pero allí también interrumpió sus estudios. Tuvo varios problemas de salud, incluyendo diabetes, la cual empañó su visión.
Durante su estancia en Cuba conoció a Bui Huy Toan, otro estudiante vietnamita. Se casaron en 1992 y pasaron su luna de miel en Moscú. En su vuelo de vuelta a Cuba, la pareja desertó cuando su avión aterrizó en Gander -Terranova- para abastecerse de combustible.
Con la ayuda de algunos cuáqueros, se establecieron en Canadá, donde su esposo, especialista en computadoras, pudo conseguir un empleo como ayudante de enfermería en un hospital.
Kim con su hijo en brazos, muestra las secuelas del napalm en su espalda
En 1996, el Fondo para el Vietnam Veterans Memorial invitó a Kim a las ceremonias del día de los Veteranos que tuvieron lugar en este monumento en Washington D.C. Allí Kim se dirigió a miles de veteranos de la guerra de Vietnam. Les habló de sus experiencias tras el ataque con napalm a su aldea y de cómo había, por fin, encontrado la felicidad y la libertad tras años de dolor y sufrimiento. Habló de la paz y del perdón.
Públicamente manifestó su perdón al piloto que erróneamente había vaciado las bombas sobre su aldea.
El piloto se levantó y le dijo:
-“Es como una carga muy pesada que has quitado sobre mis hombros”.
Kim y el piloto se abrazaron emocionados.
Hoy en día Kim Phuc, la niña de la fotografía está casada y con 2 hijos y reside en Canadá. Preside la 'Fundación Kim Phuc', dedicada a ayudar a los niños víctimas de la guerra y fue nombrada embajadora para la UNESCO.
Kim en la actualidad, en su Fundación
Realmente un final felíz para alguien que vivió en carne propia los horrores de la guerra, muerte de seres queridos, secuelas en su salud y que nos entrega el ejemplo de que el verdadero perdón si existe, que perdonar y olvidar es posible.
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