domingo, 21 de febrero de 2010

LETRA ALLELUYAH - IL DIVO - ( cancion que utilice para el video de haiti)

un soldado a casa regresó y un niño enfermo se curó

y hoy no hay trabajo en el bosque de la lluvia

un desamparado se salvó por causa de una buena accion y hoy nadie lo repudia

hallelujah



hallelujah



hallelujah



hallelujah



hallelujah







un ateo que consiguió creer y hambriento hoy tiene de comer y hoy donaron a una iglesia una fortuna

que la guerra pronto acabará

que en el mundo al fin reinará la paz que no habrá misterio alguno



hallelujah



hallelujah



hallelujah



hallelujah







que el amor no sea el amor

que no gobierne la corrrupcion si no

lo bueno y lo mejor del alma pura

porque Dios nos proteja de un mal final

porque un dia podamos estar mental 

      porque acaben con tanta furia





hallelujah



hallelujah



hallelujah



hallelujah







hallelujah



hallelujah

NKOSI SIKELELI AFRICA

Himno Nacional de la República Sudafricana







El Himno Nacional de Sudáfrica fue creado en 1994 bajo el gobierno de Nelson Mandela. Proviene de la fusión del antiguo himno nacional Die Stem (creado por Cornelis Jacobus Langenhoven y Martin de Viliers) y la canción bantú Nkosi Sikelel' iAfrika, creada en el siglo XIX por Enoch Mankanyi Nsotonga. Su letra contiene partes en los idiomas más hablados del país: xhosa, zulú, Sesotho, Afrikáans e Inglés.







(xhosa) Nkosi sikeleli Afrika


maluphakanyisu uphondo lwayo,


(zulú) yizwa imithadanzo yethu


nkosi sikelela, thina lusapho lwayo. Dios bendiga a África


que alce su gloria


escuchanos, Señor


bendícenos, Señor a nosotros, tus hijos






(Sesotho)


Morena boloka sechaba sa heso,


o fedise dintwa la matshwenyeho,


O se boloke, o se boloke sechaba sa heso, Setjhaba sa.


Señor, te rogamos que protejas nuestra nación,


Intervén y cesa todos los conflictos


Protégenos, Protege nuestra nación, protege a






(Inglés) South Africa, South Africa!


Sudáfrica, Sudáfrica!


(Afrikáans) Uit die blou van onse hemel,


Uit die diepte van ons see,


Oor ons ewige gebergtes,


Waar die kranse antwoord gee, De nuestros cielos azules,


De lo más profundo de nuestros mares,


Sobre nuestros montes eternos,


donde resuenan los ecos por las peñas


(Inglés) Sounds the call to come together,


And united we shall stand,


Let us live and strive for freedom,


In South Africa our land.


Suena el llamado a venir juntos,


y unidos permaneceremos en pie,


Vivamos y luchemos por la libertad


en Sudáfrica, nuestra tierra

Amazing grace» (en español: «Sublime gracia») es un himno litúrgico muy conocido en el ámbito del cristianismo y entonado por casi todas las denominaciones cristianas angloparlantes.




La letra fue escrita por John Newton, un antiguo esclavista inglés que más tarde se convertiría al cristianismo. Redactado en 1772, este himno forma parte también del legado de Olney Hymns y William Cowper, otros escritores de himnos con los que Newton trabajó.



Contenido [ocultar]

1 Historia

2 La letra

3 Referencias

4 Enlaces externos





Historia [editar]El ritmo de la melodía en el himnario cristiano, como algunas otras de su tiempo, fueron entonados de diferentes maneras. La letra más aceptada hoy en día aparecería en los himnarios de las iglesias estadounidenses protestantes alrededor de los años 1830.



Existieron dos diferentes tonadas para esta canción: una fue la versión "New Britain", la cual fue rebautizada como Virginia Harmony en 1831. La letra exacta de esta predecesora no se conoce. Se supone de origen irlandés o escocés. Es de escala pentatónica y se la relaciona con la música de gaita. La otra tonada es conocida como "Old Regular Baptist" y era interpretada por la congregación Little Zion Church de Jeff, Kentucky.

Este himno ha sido muy popular en la comunidad cristiana mundial como reflejo de la gracia divina descrita en I Crónicas 17:16. En este pasaje, David y su familia se maravillan por haber sido escogidos por Dios para reinar sobre Israel. Este pasaje inspiró a Newton un sermón que tituló "Faith's review and expectación" (Revisión de la Fe y esperanza). que recitó para el año nuevo de 1773 y que se supone la base de la letra.

Newton también fue conocido como defensor de la libertad y los derechos humanos tanto por cristianos como por seculares.

La letra [editar]Sublime gracia del Señor


que a un infelíz salvó.

Yo ciego fui, mas veo hoy.

Perdido y Él me halló.

Su gracia me enseñó a temer,

mis dudas ahuyentó.

¡Oh, cuán precioso fue a mi ser,

cuando Él me perdono!

En los peligros o aflicción

que yo he tenido aquí,

Su gracia siempre me libró,

y me guiará feliz.

Y cuando en Sión por siglos mil

brillando esté cual sol,

yo cantaré por siempre allí

Su amor que me salvó.

Letra en Ingles



Amazing grace, how sweet the sound

That saved a wretch like me.

I once was lost, but now I'm found.

Was blind, but now I see.

Twas grace that taught my heart to fear

And grace my fears relieved.

How precious did that grace appear

The hour I first believed.

When we've been there ten thousand years

Bright shining as the sun,

We've no less days to sing God's praise

Then when we first begun.

Amazing grace, how sweet the sound

That saved a wretch like me.

I once was lost, but now I'm found.

Was blind, but now I see.
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'Amazing Grace'

La gestión de la dignidad humana

Publicado el 21-09-2009 por Ignacio García de Leániz, consultor de comportamiento humano



La historia real de los esfuerzos del parlamentario británico William Wilberforce por abolir el tráfico de esclavos en la Inglaterra del siglo XVIII ofrece una valiosa lección: Unas pocas personas pueden alcanzar con una gestión adecuada metas y valores aparentemente inalcalzables.





Hay determinadas películas –muy pocas– que si uno las ignora queda como amputado humana y espiritualmente. Y esta, Amazing Grace, es sin duda una de ellas. Si además encierra tan sabias lecciones sobre aspectos gerenciales como el liderazgo, la gestión de proyectos y el trabajo en equipo, nos encontramos ante una obra ineludible tanto para empleados como para directivos. Veamos por qué, todo ello acompañado de un recital de actores británicos de primera fila.



La visión y los liderazgos

Nos situamos en el Londres de finales del siglo XVIII, previo todavía a la Revolución al otro lado del Canal. En el corazón del imperio británico el tráfico de esclavos desde África hasta el Caribe supone beneficios para las compañías de las Indias y, por ende, para las arcas del Estado. La inmensa mayoría de la Cámara de los Comunes sanciona y avala está práctica. Muchos diputados poseen intereses particulares en las empresas navieras y forman parte de un lobby más o menos inconfesable. ¿Todos? No. Hay un joven común, William Wilberforce, que desde el principio de su carrera política denuncia en su escaño la aberración que supone el transporte de personas estabuladas como si fueran ganado y el concepto mismo de esclavitud. Tiene pues Wilberforce una visión muy clara: la esclavitud es un disvalor moral lamentable y como tal debe desaparecer. Ahora bien, la sola visión no basta. Los valores que proclama no son percibidos ni por la Cámara ni por la incipiente opinión pública británica. ¿Cómo hacer que la visión triunfe? En primer lugar, soportando el fracaso. Sus proposiciones de ley son derrotadas una y otra vez. Pero soportar el fracaso no es triunfar. El liderazgo visionario de Wilberforce no basta. Hace falta un complemento directivo.

Y aquí entra en escena la extraordinaria figura de William Pitt, el Primer Ministro tory más joven de la historia de Inglaterra, con apenas 24 años. Pitt piensa en su fuero interno exactamente igual que su amigo el idealista Wilberforce: la esclavitud y el tráfico de esclavos es algo ciertamente intolerable. Pero la verdad y la convicción solas no sirven para cambiar el voto de trescientos comunes y la indiferencia de la sociedad londinense. Hace falta tiempo, mucha prudencia y una estrategia muy meditada.



Al liderazgo visionario de Wilberforce, Pitt ofrecerá un liderazgo metódico, frío y calculador para lograr que en un plazo razonable pueda prosperar el objetivo de su diputado, que es a su vez su objetivo secreto como Primer Ministro. En un momento dado le dice Pitt a su vehemente miembro de los Comunes: "En tanto que Primer Ministro te exijo cautela". "¿Y en tanto que amigo?", pregunta Wilberforce. "Pues como amigo, que la mandes a paseo", responde tajante Pitt. Y de estos dos liderazgos complementarios y amigables surgirá un plan de acción que nada tiene que envidiar a las mejores prácticas de project management.



La abolición de la esclavitud

A lo que se ve, no es nada fácil la meta. Para ello hay que planificar y diseñar cuidadosamente las diferentes fases del proyecto. El gran problema será cómo vencer las resistencias que un cambio tal provoca en los sujetos target del cambio –los diputados de la Cámara– y en el resto de la sociedad. A tal efecto y comandado por el propio Wilberforce se constituye un comité de proyecto compuesto por unas pocas personas: un esclavo liberado, un diputado arrepentido, un joven abolicionista y una activista. Las tareas se asignan y reparten en una demostración perfecta de verdadero team-building, transferencia de conocimiento y coordinación: recopilar información, sintetizar los datos, preparar las presentaciones ante la Cámara, identificar los mensajes clave, propagarlos, captar promotores del cambio e influenciadores, etcétera. Los matices son infinitos: baste mencionar para el espectador los speech en el Parlamento como modelo de elocuencia y presentación eficaz.



Para sostener la marcha de este proyecto tan arduo se celebra la consecución de los hitos intermedios y se comparten los fracasos y desviaciones en el calendario previsto. El márketing más eficaz y persistente se confunde con una gestión del cambio eficiente y pausada. Y todo ello sin Power Point, Excel, ni diagramas de Gantt. Simplemente, aplicando una metodología sajona dirigida desde la prudencia (Pitt) y el entusiasmo (Wilberforce) y cimentada en el rigor y profesionalidad, durante quince años. Cosas que echamos de menos en nuestra gestión diaria de un proyecto, a poco que meditemos.



El 25 de marzo de 1807, el Parlamento inglés declaró abolido el comercio de esclavos en todo su Imperio. Esto hicieron algunos hombres buenos con un objetivo común, cada uno en su radio de acción e influencia, en pro de un valor moral objetivo –la dignidad humana– que estaba ahí y pocos alcanzaban a verlo. En estos tiempos de colapso moral en la economía y en la empresa, no estaría nada mal ver esta película que parece decirnos: "Cualquiera puede ser como estos hombres y mujeres de buena voluntad y gran profesionalidad. Todos pueden serlo, quizá incluso tú misma, yo mismo". No se la pierdan.