martes, 16 de noviembre de 2010

Yo vengativo té alerto tengo el deber

Porque te estoy amando y fue sin querer.



Yo amenazante te indico cuidado en mi amor.

Porque me muero de miedo ante ti

Y sé que siempre guardo agazapada una estocada.

Y se de ti lo aguantaría todo casi todo.



Si solo vienes a pedir

Apoyarte en mi pa’ cambiar

Si solo tomarás el cuerpo

No juegues con mi soledad.



Si solo te importa seguir

Y yo soy un puente no’mas

Si solo tomarás el cuerpo

No juegues con mi soledad.



Si solo quisieras probar

Tu encanto de niña feliz

Si solo tomarás el cuerpo

No juegues con mi soledad.



Si solo vienes a pedir

Apoyarte en mi pa’ cambiar

Si solo tomarás el cuerpo

No juegues con mi soledad.



Si solo te importa seguir

Y yo soy un puente no’mas

Si solo tomarás el cuerpo

No juegues con mi soledad.



Si solo quisieras probar

Tu encanto de niña feliz

Si solo tomarás el cuerpo

No juegues con mi soledad.
 
 
 
Grupo Buena Fe

lunes, 15 de noviembre de 2010

El Poder de la Oración - ¿Cuán poderosa es?



El poder de la oración no debe ser subestimado. Santiago 5:16-18 declara, “...La oración eficaz del justo puede mucho. Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió en la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dió lluvia, y la tierra produjo su fruto.” Dios definitivamente escucha las oraciones, responde a las oraciones y se mueve en respuesta a las oraciones.






Jesús enseñó, “...porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá y se pasará; y nada os será imposible.” (Mateo 17:20). 2 Corintios 10:45 nos dice, “porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.” La Biblia nos urge “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.” (Efesios 6:18)






El Poder de la Oración - ¿Cómo me aprovecho de él?


El poder de la oración no es el resultado de la persona orando. Por el contrario, el poder reside en el Dios a quién oramos. Juan 5:14-15 dice, “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.” No importa quién esté orando, la pasión en la oración, o el propósito de la oración – Dios responde a las peticiones que están de acuerdo con su voluntad. Su repuesta no siempre es sí, pero siempre es en nuestro mejor interés. Cuando nuestros deseos se alinean con Su voluntad, lo entenderemos en su momento. Cuando oramos apasionadamente y con propósito, de acuerdo con la voluntad de Dios, ¡Dios responde poderosamente!






No podemos llegar a la oración poderosa usando “fórmulas mágicas.” La respuesta a nuestras oraciones no depende de la elocuencia de nuestras oraciones. No tenemos que usar ciertas palabras o frases para lograr que Dios conteste nuestras oraciones. De hecho, Jesús rechaza a aquellos que oran usando repeticiones, “Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; pues vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.” (Mateo 6:7-8). La oración es una comunicación con Dios. Todo lo que tienes que hacer es pedirle a Dios Su ayuda. El Salmo 107:28-30 nos recuerda, “Entonces claman a Jehová en su angustia, y los libra de sus aflicciones. Calma la tempestad en sosiego, y se apaciguan sus ondas. Luego se alegran, por que se apaciguaron; y así los guía al puerto que deseaban.” ¡Hay poder en la oración!






El Poder de la Oración - ¿Por cuáles cosas debo orar?


La ayuda de Dios a través del poder de la oración está disponible para toda clase de pedidos y asuntos. Filipenses 4:6-7 nos dice, “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” Si necesitas un ejemplo de cómo orar, lee Mateo 6:9-13. Estos versos se conocen como el Padre Nuestro. El Padre Nuestro no es una oración para memorizarla y simplemente recitársela a Dios. Es solamente un ejemplo de cómo orar y las cosas que deben decirse en una oración – adoración, confianza en Dios, peticiones, confesión, protección, etc. Ora por estas cosas, pero háblale a Dios usando tus propias palabras.






La Palabra de Dios está llena de relatos que describen el poder de la oración en varias situaciones. El poder de la oración ha vencido enemigos (Salmos 6:9-10), conquistado la muerte (2 Reyes 4:3-36), traído sanidad (Santiago 5:14-15), y derrotado demonios (Marcos 9:29). Dios, a través de la oración, abre ojos, cambia corazones, sana heridas, y concede sabiduría (Santiago 1:5). ¡El poder de la oración no debe ser subestimado ya que se sustenta de la gloria y fuerza del infinitamente poderoso Dios del universo! Daniel 4:35 proclama, “Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano y le diga: ¿Qué haces?”

jueves, 11 de noviembre de 2010

El siguiente texto fue escrito por el inolvidable Charles Chaplin. Al final, algunas escenas de su película “Luces de la ciudad”, del año 1931.







Cuando me amé de verdad


Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto y en el momento preciso. Y, entonces, pude relajarme. Hoy sé que eso tiene nombre… autoestima.






Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional, no son sino señales de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es… autenticidad.






Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a ver que todo lo que acontece contribuye a mi crecimiento. Hoy sé que eso se llama… madurez.






Cuando me amé de verdad, comencé a comprender por qué es ofensivo tratar de forzar una situación o a una persona, solo para alcanzar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el momento o que la persona (tal vez yo mismo) no está preparada. Hoy sé que el nombre de eso es… respeto.






Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que se llama… amor hacia uno mismo.






Cuando me amé de verdad, dejé de preocuparme por no tener tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé, que eso es… simplicidad.






Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y, con eso, erré muchas menos veces. Así descubrí la… humildad.






Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… plenitud.






Cuando me amé de verdad, comprendí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa aliada. Y esto es… saber vivir!






No debemos tener miedo de cuestionarnos… Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.






Charles Chaplin






De “La vida es sueño”, una obra de teatro escrita por Pedro Calderón de la Barca y estrenada en el año 1635:Acerca de los pensamientos, por OSHO.







… el vivir sólo es soñar;


y la experiencia me enseña


que el hombre que vive, sueña


lo que es, hasta despertar.


Sueña el rey que es rey, y vive


con este engaño mandando,


disponiendo y gobernando…


Sueña el rico en su riqueza,


que más cuidados le ofrece;


sueña el pobre que padece


su miseria y su pobreza…


y en este mundo, en conclusión,


todos sueñan lo que son,


aunque ninguno lo entiende…


¿Qué es la vida? Un frenesí.


¿Qué es la vida? Una ficción,


una sombra, una ilusión,


y el mayor bien es pequeño;


que toda la vida es sueño,


y los sueños, sueños son.


Parece ser que la realidad de todos los días no es ese escenario rígido al que debemos tratar de ajustarnos, sino que es nuestra propia creación, tal como si la estuviéramos soñando. Y hasta que despertemos, podemos tratar de hacer que nuestro “sueño” sea cada vez más feliz, por ejemplo valiéndonos de La Ley de Atracción, aplicando la técnica Ho’oponopono, practicando los principios de “Un curso de milagros”… o simplemente aceptándonos y queriéndonos cada día un poco más.






Axel Piskulic








En realidad, la mente no existe. La mente es sólo una apariencia. Y cuando profundizas en la mente, desaparece. Sólo existen los pensamientos moviéndose a tanta velocidad que te hacen pensar y sentir que allí hay algo que existe en todo momento. Un pensamiento llega, otro pensamiento llega, y otro y así sigue. La separación es tan pequeña que no puedes distinguir el espacio entre un pensamiento y otro. De este modo, los pensamientos se unen, se convierten en un continuo, y debido a esa continuidad crees que existe la mente. Existen pensamientos, pero no mente, de la misma forma que existen electrones, no materia. El pensamiento es el electrón de la mente. Es lo mismo que una multitud, ella existe en cierto sentido y no existe en otro, sólo existen individuos. Pero muchos individuos juntos dan la sensación de una cosa diferente, independiente: una multitud.






Los pensamientos son como las nubes, vienen y van, y tú eres el cielo. Cuando deja de haber mente inmediatamente te llega la percepción de que has dejado de estar inmerso en los pensamientos. Los pensamientos están ahí, pasando a través tuyo como las nubes cruzan el cielo. Los pensamientos pasan a través tuyo, y son capaces de hacerlo porque tú eres un inmenso vacío.






La mente es la ausencia de tu presencia. Cuando te sientas en silencio, cuando observas profundamente a la mente, la mente simplemente desaparece. Quedan los pensamientos, existen, pero no puedes encontrar a la mente. Pero cuando la mente ha desaparecido, puedes ver que los pensamientos no son tuyos. Desde luego que vendrán y a veces se quedarán un rato contigo, y luego desaparecerán. Tú puedes convertirte en su lugar de descanso, pero ellos no son creados por ti. Ni un solo pensamiento surge de tu ser, siempre proceden del exterior. No te pertenecen, son sin hogar, sin raíces, pero a veces descansan en ti, eso es todo.






Los pensamientos son como una nube descansando sobre una colina. Entonces se van por si mismos, no has de hacer nada. Si simplemente observas, sin juzgar, criticar o comentar, obtienes el control.






OSHO




Osho dice, en “El libro del niño”:


Si ves a tu padre y a tu madre profundamente enamorados, un gran amor, cuidándose mutuamente, con compasión mutua, con respeto mutuo, habrás visto cómo ocurre el amor. Surge la esperanza. Cae una semilla en tu corazón y empieza a crecer. Sabes que te va a suceder a ti también.


Si no lo has visto, ¿cómo vas a creer que te va a suceder a ti? Si no les sucedió a tus padres, ¿cómo te va a suceder a ti? En realidad, vas a hacer todo lo posible para evitar que te ocurra, de lo contrario te parecerá una traición hacia tus padres.


Un cuento de la tradición Sufí acerca de los condicionamientos:






Un viejo árabe conducía una caravana que atravesaba el desierto.






Una noche sólo se encontraron 19 de las estacas que se utilizaban para atar a los 20 camellos.






Consultaron al anciano, quien dijo: “Simulen que también clavan la estaca del camello número 20 y creerá que está atado”.






A la mañana siguiente efectivamente todos los camellos estaban en su sitio. Los desataron y lentamente se pusieron en marcha. Todos excepto el número 20, que se negaba a avanzar.






Entonces el anciano, sonriendo, ordenó: “Simulen que desatan también la cuerda de ese camello”.






Y recién entonces pudieron continuar la travesía.


Muchas veces actuamos mecánicamente, como el camello o como los muñecos de la ilustración, ajustándonos a condicionamientos que nos limitan. Sin embargo, tenemos frente a nosotros infinitas posibilidades. Somos completamente libres de elegir nuestro destino…





viernes, 5 de noviembre de 2010

Corazón de Cebolla


Había una vez un huerto lleno de hortalizas, árboles frutales y toda clase de plantas. Como todos los huertos, tenía mucha frescura y agrado. Por eso daba gusto sentarse a la sombra de cualquier árbol a contemplar todo aquel verdor y a escuchar el canto de los pájaros. Pero de pronto, un buen día empezaron a nacer unas cebollas especiales.Cada una tenía un color diferente: rojo, amarillo, naranja, morado…El caso es que los colores eran deslumbrantes, centellantes, como el color de una sonrisa o el color de un bonito recuerdo. Lo más sorprendente de todo era que en el corazón (porque también las cebollas tienen su propio corazón) había una piedra preciosa. Esta tenía un topacio, la otra una aguamarina, aquella una esmeralda ¡Una verdadera maravilla!
Un día, por una incomprensible razón, se empezó a decir que aquello era peligroso, intolerante, inadecuado y hasta vergonzoso. Total, que las bellísimas cebollas tuvieron que empezar a esconder su piedra preciosa e íntima con capas y más capas, cada vez más oscuras y feas, para disimular como eran por dentro. Hasta empezaron a convertirse en unas cebollas de lo más vulgar.


Pasó entonces por allí un sabio, que gustaba sentarse a la sombra del huerto y sabía tanto que entendía el lenguaje de las cebollas, y empezó a preguntarles una por una:


¿Por qué no eres como eres por dentro?


Y ellas le iban respondiendo:


Me obligaron a ser así… Me fueron poniendo capas… Incluso yo me puse algunas para que no me dijeran nada…
Algunas cebollas tenían hasta diez capas, y ya ni se acordaban de por qué se pusieron las primeras. Al final, el sabio se echó a llorar y cuando la gente lo vio llorando pensó que llorar ante las personas era propio de personas muy inteligentes. Por eso todo el mundo sigue llorando cuando una cebolla nos abre su corazón.

¿Cuántos hemos permitido que nuestro corazón este escondido? ¿Y tú tienes corazón de cebolla?

jueves, 4 de noviembre de 2010

Somos una familia rara. En este país donde las cosas se hacen por obligación o fanfarronería, nos gustan las ocupaciones libres, las tareas porque sí, los simulacros que no sirven para nada.







Tenemos un defecto: nos falta originalidad. Casi todo lo que decidimos hacer está inspirado -digamos francamente, copiado- de modelos célebres. Si alguna novedad aportarnos es siempre inevitable: los anacronismos o las sorpresas, los escándalos. Mi tío el mayor dice que somos como las copias en papel carbónico, idénticas al original salvo que otro color, otro papel, otra finalidad. Mi hermana la tercera se compara con el ruiseñor mecánico de Andersen; su romanticismo llega a la náusea.






Somos muchos y vivimos en la calle Humboldt.






Hacemos cosas, pero contarlo es difícil porque falta lo más importante, la ansiedad y la expectativa de estar haciendo las cosas, las sorpresas tanto más importantes que los resultados, los fracasos en que toda la familia cae al suelo como un castillo de naipes y durante días enteros no se oyen más que deploraciones y carcajadas. Contar lo que hacemos es apenas una manera de rellenar los huecos inevitables, porque a veces estamos pobres o presos o enfermos, a veces se muere alguno o (me duele mencionarlo) alguno traiciona, renuncia, o entra en la Dirección Impositiva. Pero no hay que deducir de esto que nos va mal o que somos melancólicos. Vivimos en el barrio de Pacífico, y hacemos cosas cada vez que podemos. Somos muchos que tienen ideas y ganas de llevarlas a la práctica. Por ejemplo, el patíbulo, hasta hoy nadie se ha puesto de acuerdo sobre el origen de la idea, mi hermana la quinta afirma que fue de uno de mis primos carnales, que son muy filósofos, pero mi tío el mayor sostiene que se le ocurrió a él después de leer una novela de capa y espada. En el fondo nos importa poco, lo único que vale es hacer cosas, y por eso las cuento casi sin ganas, nada más que para no sentir tan de cerca la lluvia de esta tarde vacía.






La casa tiene jardín delantero, cosa rara en la calle Humboldt. No es más grande que un patio, pero está tres escalones más alto que la vereda, lo que le da un vistoso aspecto de plataforma, emplazamiento ideal para un patíbulo. Como la verja es de mampostería y de fierro, se puede trabajar sin que los transeúntes estén por así decirlo metidos en casa; pueden apostarse en la verja y quedarse horas, pero eso no nos molesta. «Empezaremos con la luna llena», mandó mi padre. De día íbamos a buscar maderas y fierros a los corralones de la avenida Juan B. Justo, pero mis hermanas se quedaban en la sala practicando el aullido de los lobos, después que mi tía la menor sostuvo que los patíbulos atraen a los lobos y los incitan a aullar a la luna. Por cuenta de mis primos corría la provisión de clavos y herramientas; mi tío el mayor dibujaba los planos, discutía con mi madre y mi tío segundo la variedad y calidad de los instrumentos de suplicio. Recuerdo el final de la discusión: se decidieron adustamente por una plataforma bastante alta, sobre la cual se alzarían una horca y una rueda, con un espacio libre destinado a dar tormento o decapitar según los casos. A mi tío el mayor le parecía mucho más pobre y mezquino que su idea original, pero las dimensiones del jardín delantero y el costo de los materiales restringen siempre las ambiciones de la familia.






Empezamos la construcción un domingo por la tarde, después de los ravioles. Aunque nunca nos ha preocupado lo que puedan pensar los vecinos, era evidente que los pocos mirones suponían que íbamos a levantar una o dos piezas para agrandar la casa. El primero en sorprenderse fue don Cresta, el viejito de enfrente, y vino a preguntar para qué instalábamos semejante plataforma. Mis hermanas se reunieron en un rincón del jardín y soltaron algunos aullidos de lobo. Se amontonó bastante gente, pero nosotros seguimos trabajando hasta la noche y dejamos terminada la plataforma y las dos escalerillas (para el sacerdote y el condenado, que no deben subir juntos).






El lunes una parte de la familia se fue a sus respectivos empleos y ocupaciones, ya que de algo hay que morir, y los demás empezamos a levantar la horca mientras mi tío el mayor consultaba dibujos antiguos para la rueda. Su idea consistía en colocar la rueda lo más alto posible sobre una pértiga ligeramente irregular, por ejemplo un tronco de álamo bien desbastado. Para complacerlo, mi hermano el segundo y mis primos carnales se fueron con la camioneta a buscar un álamo; entretanto mi tío el mayor y mi madre encajaban los rayos de la rueda en el cubo, y yo preparaba un suncho de fierro. En esos momentos nos divertíamos enormemente porque se oía martillear en todas partes, mis hermanas aullaban en la sala, los vecinos se amontonaban en la verja cambiando impresiones, y entre el solferino y el malva del atardecer ascendía el perfil de la horca y se veía a mi tío el menor a caballo en el travesaño para fijar el gancho y preparar el nudo corredizo.






A esta altura de las cosas la gente de la calle no podía dejar de darse cuenta de lo que estábamos haciendo, y un coro de protestas y amenazas nos alentó agradablemente a rematar la jornada con la erección de la rueda. Algunos desaforados habían pretendido impedir que mi hermano el segundo y mis primos entraran en casa el magnífico tronco de álamo que traían en la camioneta. Un conato de cinchada fue ganado de punta a punta por la familia en pleno que, tirando disciplinadamente del tronco, lo metió en el jardín junto con una criatura de corta edad prendida de las raíces. Mi padre en persona devolvió la criatura a sus exasperados padres, pasándola cortésmente por la verja, y mientras la atención se concentraba en estas alternativas sentimentales, mi tío el mayor, ayudado por mis primos carnales, calzaba la rueda en un extremo del tronco y procedía a erigirla. La policía llegó en momentos en que la familia, reunida en la plataforma, comentaba favorablemente el buen aspecto del patíbulo. Sólo mi hermana la tercera permanecía cerca de la puerta, y le tocó dialogar con el subcomisarlo en persona; no le fue difícil convencerlo de que trabajábamos dentro de nuestra propiedad, en una obra que sólo el uso podía revestir de un carácter anticonstitucional, y que las murmuraciones del vecindario eran hijas del odio y fruto de la envidia. La caída de la noche nos salvó de otras pérdidas de tiempo.






A la luz de una lámpara de carburo cenamos en la plataforma, espiados por un centenar de vecinos rencorosos; jamás el lechón adobado nos pareció más exquisito, y más negro y dulce el nebiolo. Una brisa del norte balanceaba suavemente la cuerda de la horca; una o dos veces chirrió la rueda, como si ya los cuervos se hubieran posado para comer. Los mirones empezaron a irse, mascullando vagas amenazas; aferrados a la verja quedaron veinte o treinta que parecían esperar alguna cosa. Después del café apagamos la lámpara para dar paso a la luna que subía por los balaústres de la terraza, mis hermanas aullaron y mis primos y tíos recorrieron lentamente la plataforma, haciendo temblar los fundamentos con sus pasos. En el silencio que siguió, la luna vino a ponerse a la altura del nudo corredizo, y en la rueda pareció tenderse una nube de bordes plateados. Las mirábamos, tan felices que era un gusto, pero los vecinos murmuraban en la verja, como al borde de una decepción. Encendieron cigarrillos y se fueron yendo, unos en piyama y otros más despacio. Quedó la calle, una pitada de vigilante a lo lejos, y el colectivo 108 que pasaba cada tanto; nosotros ya nos habíamos ido a dormir y soñábamos con fiestas, elefantes y vestidos de seda.
JULIO CORTAZAR




INstrucciones para llorar....

Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente.







Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca.






Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.






SILENCIO Y QUIETUD



Cuando pierdes contacto con la quietud interior, pierdes contacto contigo mismo. Cuando pierdes contacto contigo mismo, te pierdes en el mundo.


Tu sentido más interno de tí mismo, tu sentido de quién eres, es inseparable de la quietud. Ese es el Yo Soy que es más profundo que el nombre y la forma.


La quietud es tu naturaleza esencial. ¿Qué es la quietud? El espacio interno o conciencia en el que las palabras de esta página son percibidas y se convierten en pensamientos. Sin esa conciencia, no habría percepción, ni pensamientos, ni mundo.


Tú eres esa conciencia, disfrazada de persona.


El equivalente del ruido externo es el ruido interno. El equivalente del silencio externo es la quietud interna.


Cuando quieras que haya silencio a tu alrededor, escúchalo. Esto significa que, simplemente, has de darte cuenta de él. Préstale atención. Escuchar el silencio despierta la dimensión de quietud dentro de tí, porque sólo la quietud te permite ser consciente del silencio.


Observa que en el momento de darte cuenta del silencio que te rodea, no estás pensando. Eres consciente, pero no piensas.


 
El equivalente del ruido externo es el ruido interno.
El equivalente del silencio externo es la quietud interna.


Cuando quieras que haya silencio a tu alrededor, escúchalo. Esto significa que, simplemente, has de darte cuenta de él. Préstale atención. Escuchar el silencio despierta la dimensión de quietud dentro de tí, porque sólo la quietud te permite ser consciente del silencio.


Observa que en el momento de darte cuenta del silencio que te rodea, no estás pensando. Eres consciente, pero no piensas.


Tú eres esa conciencia, disfrazada de persona.
 
Cuando quieras que haya silencio a tu alrededor, escúchalo. Esto significa que, simplemente, has de darte cuenta de él. Préstale atención. Escuchar el silencio despierta la dimensión de quietud dentro de tí, porque sólo la quietud te permite ser consciente del silencio.



Observa que en el momento de darte cuenta del silencio que te rodea, no estás pensando. Eres consciente, pero no piensas.


Cuando te das cuenta del silencio, se produce inmediatamente ese estado de serena alerta interna.



Estás presente. Has salido de miles de años de condicionamiento colectivo humano.


Mira un árbol, una flor, una planta. Deja que tu conciencia descanse en ellos. ¡Qué quietud manifiestan, qué profundamente enraizados están en el Ser! Permite que la naturaleza te enseñe la quietud.


Cuando miras un árbol y percibes su quietud, tú mismo te aquietas. Conectas con él a un nivel muy profundo. Te sientes unido a cualquier cosa que percibes en y a través de la quietud. Sentir tu unidad de ti mismo con todas las cosas es verdadero amor.



El silencio ayuda, pero no es necesario para hallar la quietud. Aunque haya ruido, puedes sintonizar con la quietud subyacente, el espacio en el que surge el ruido. Ese es el espacio interno de pura conciencia, la conciencia misma.


Puedes darte cuenta de que la conciencia es el trasfondo de todas tus percepciones sensoriales, de toda tu actividad mental. Siendo consciente de de la conciencia surge la quietud interna.



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Cualquier ruido molesto puede ser tan útil como el silencio. ¿Cómo? Abandonando tu resistencia interna al ruido y permitiendo que sea como es; esa aceptación también te lleva al reino de paz interna que es quietud.


Cuando aceptas profundamente este momento tal como es —tome la forma que tome—, estás sereno, estás en paz.


Presta atención a la pausa: la pausa entre dos pensamientos, al breve y silencioso espacio entre las palabras de una conversación, entre las notas de un piano o de una flauta, o al breve descanso entre la inspiración y la espiración.


Cuando prestas atención a esas pausas, la conciencia de «algo» se convierte simplemente en conciencia. Surge de dentro de tí la dimensión informe de pura conciencia y reemplaza la identificación con la forma.


La verdadera inteligencia actúa silenciosamente. Es en la quietud donde encontramos la creatividad y la solución a los problemas.


¿Es la quietud tan sólo ausencia de ruido y contenido? No; es la inteligencia misma: la conciencia subyacente de la que nace toda forma. ¿Y cómo podría eso estar separado de quien tú eres?


De allí salió la forma que crees ser, y ello es lo que la sustenta.


Es la esencia de todas las galaxias y de las hojas de hierba; de todas las flores, árboles, pájaros, y de todas las demás formas.


La quietud es la única cosa de este mundo que no tiene forma. Pero en Pero en 7



realidad no es una cosa, y tampoco es de este mundo.


Cuando miras un árbol o un ser humano desde la quietud, ¿quién está mirando? Algo más profundo que la persona. La conciencia está mirando a su creación.


En la Biblia se dice que Dios creó el mundo y vio que era bueno. Eso es lo que ves cuando miras sin pensamiento, desde la quietud.


¿Necesitas más conocimiento? ¿Crees que más información, u ordenadores más rápidos, o más análisis científicos e intelectuales van a salvar al mundo? ¿No es sabiduría lo que más necesita la humanidad en estos momentos?


Pero ¿qué es la sabiduría? ¿Dónde se encuentra? La sabiduría viene cuando uno es capaz de aquietarse. Sólo mira, sólo escucha. No hace falta nada más. Aquietarse, mirar y escuchar activa la inteligencia no conceptual que anida dentro de tí. Deja que la quietud dirija tus palabras y tus acciones.


http://www.amarseaunomismo.com/serena-mente/los-libros-de-eckhart-tolle/el-silencio-habla_eckhart-tolle.pdf










" No necesariamente mi camino sea tu camino

y tu camino sea el mio.

No necesariamente te guste mi camino y a mi el tuyo.

No necesariamente caminemos juntos o caminemos separados...


... Sin embargo al andar mi camino

estoy respetando que recorras el tuyo."

- Jairo Fonseca -



miércoles, 3 de noviembre de 2010

Manejar las emociones

Tus sentimientos son las posesiones más valiosas, el caudal por el que te enriqueces o te empobreces simultáneamente, y pueden brindarte las máximas recompensas y penas.




Y esas emociones dependen de la vida que tu mismo decidas crear.



Serás feliz o infeliz dependiendo de la medida en que domines tus sentimientos para poder resolver efectivamente los problemas que la vida te presenta, y desarrollar la competencia necesaria para tu autoestima perdurable.



Los placeres y la felicidad son experimentados por medios sensoriales y emocionales.



Habíamos visto, “Como educar tus sentimientos” y ahora veremos cómo educar las emociones para que te brinden felicidad.



Tienes que desarrollar un enfoque consciente de tus emociones



En primer término debes quitar de tu mente y alma todo sentimiento de culpabilidad.



Si estás arrepentido por errores cometidos en el pasado, “ese pasado ya pasó”. Recuérdalo! Si el solo arrepentimiento te ha servido para no volver a “hacerlo” entonces ya no pienses más con culpabilidad.



Si reprimes tus emociones estarás haciendo el intento de negarlas. Tal represión es dañina y es diferente a la educación de tus emociones, la cual es un proceso necesario y valioso.



Pon a un costado algunas emociones.-



En un acto de autodisciplina, conscientemente apartarás emociones para experimentarlas más adelante, de una manera más apropiada o controlada.



Al poner a un costado una emoción, no niegas la emoción y permaneces completamente consciente de ella.



Como un ser parlante empleas palabras, y muchas veces supones que los otros entendieron lo que quisiste decir; y a menudo te has encontrado con la sorpresa de que no era "eso" que los demás dijeron entender, aquello que tú decías.



Muchas veces será necesario que calles para luego con más calma poder expresarte de manera que todos te entiendan.


El manejo de las emociones y su expresión es determinante en una vida exitosa. Te pongo un Ejemplo:


EL AJEDREZ


En el ajedrez, cada movimiento es pensado con cautela, ya que mientras se avanza con las piezas por el tablero, el jugador define la estrategia para lograr resultados positivos. Los jugadores utilizan parte de su capacidad intelectual para vencer a su oponente; en ocasiones logran el objetivo, en otras ocurre lo contrario, sin embargo, el ajedrecista que añade la “concentración y el manejo de las emociones como parte de la estrategia”, tiene más ventaja para lograr el ansiado jaque mate.


Para enfrentar el ajedrez de tu vida, es fundamental balancear tu capacidad intelectual con el manejo de tus emociones. Para muchas personas no es sencillo jugar en el tablero de lo cotidiano, en especial, cuando se debe lidiar a diario con las emociones que distraen y confunden, y con las emociones y acciones de los demás.


Para manejar tus emociones necesitas desarrollar ciertas habilidades:


Primero debes identificar tus propias emociones para evaluarlas y enfrentar los problemas que se te presenten desde una óptica equilibrada.


Es fundamental que controles tus impulsos y los ordenes hacia la consecución de los objetivos específicos.


Identifica emociones como la ira, el aburrimiento, la alegría, el entusiasmo, la tristeza, el resentimiento, la compasión, el odio, la ansiedad, el optimismo, la impaciencia, el miedo, la excitación, el amor, así como la vergüenza, melancolía, hostilidad, resignación, nostalgia, apatía, frustración, culpa, paciencia y depresión. Etc.


No es un juego infantil, es más, la gran mayoría de los adultos no logran identificar tantas emociones.


En ningún momento debes dominar todas las emociones al mismo tiempo, lo primordial es identificarlas para conocerte a tí mismo y superar con inteligencia los obstáculos que te vaya presentando la vida.


Una clave importante en el manejo de tus emociones consiste en la capacidad de manejar el enojo. Debes fijar los límites para que no destruya a los demás ni a ti mismo.


Tienes la capacidad de escoger entre lo agradable y lo desagradable, pues eres un ser humano que forja su propia identidad.


Todo depende de tu equilibro y en cómo manejes tus límites.


Y sabrás escuchar, serás más analítico de tí mismo, serás más conciliador que agresivo, más sociable, y podrás ajustarte mejor a las situaciones complicadas. Y por ende la felicidad llegará automáticamente.


Subraya la palabra Balance, como el componente principal para la fórmula de tu éxito.




Ludy Mellt Sekher©

 COMPARTO CON TODOS LO QUE PIENSO

 
CALLAR EN CIERTAS CIRCUNSTANCIAS NO SIGNIFICA SER HIPOCRITA SINO PRUDENTE .
Considero que hay momentos en los cuales se debe hablar y en los cuales es conveniente callar para detenerse a observar.
Y si quiero a alguien de verdad , lo voy a apoyar cuando creo que tiene razon pero tambien le voy a  hacer saber cuando no la tiene. No porque sea un amigo lo voy a apoyar en todo lo que haga o diga , simplemente porque es mi amigo , aún si su decision va en contra de lo que pienso.
En ese caso, podria decir que si sería hipocrita.
Es una gran virtud ser sincero , pero la verdadera sinceridad es directamente proporcional en el cuando lo hago , en el como lo digo y con que intensiones lo hago.
Si queremos vivir en sociedad, inegrar grupos, formar una familia, tener compañeros de trabajo, debemos ser equilibrados.
Desde los afectos quizas seamos mas libres para expresarnos con nuestros seres mas queridos, a los que elegimos querer , quienes nos importan y aquienes les confiamos nuestras cosas.
Pero existen esas personas que no elegimos, en principio sino que nos tocan . Hay compañeros de trabajo que pueden llegar a ser nuestro mejor amigo, pero hay otros que solo seran eso ,"compañeros de trabajo" o nuestro jefe y como tal podemos hacernos respetar, podemos expresarnos pero estaremos condicionados sabiendo que necesitamos aprender a convivir con ellos para poder trabajar. Un ser positivo, no va a ir al choque con su compañero sino que tratara de armonizar las diferentes situaciones que se presenten.
Todos somos seres humanos , imperfectos, con cualidades , defectos y la mayor virtud que debemos desarrollar es la tolerancia , la comprensión, el compañerismo mediante el dialogo.
Si una situación te irrita es preferible buscar la calma y despues buscar el momento adecuado para expresarse. Descargar las tensiones contandoselo a un amigo no significa "sacarle el cuero", quizas esa descarga nos ayuda a reflexionar y a ver las otras cosas de otra manera.
Y aunque sea dificil , debemos dejar la mochila en casa antes de salir . Y ... si logramos controlarnos y optamos por hacer silencio y pensar... analicemos la esencia ¿porque me irrita?¿es lo que dijo , es como lo dijo, o es quien lo dijo?  y preguntarme si yo alguna vez he tenido esa actitud con alguien.  ¿Mi malestar es con una persona en particular? ¿es su forma de ser?¿es porque su forma de ser se parece a...? ¿O soy yo misma la que no esta bien y todo me molesta?
Ante cada actitud de los demas , tratar  de descubrir si  hay una intension "buena o mala" o si solo se trata de un mal dia que como producto da una reaccion impulsiva , capaz de desarmar una armonia que hasta el momento tenia equilibrio.
Creer que lo sabemos todo y que sabemos quienes son y como son exactamente los que nos rodean , es una actitud un poco soberbia. Solo Dios sabe quienes somos realmente, porque a veces ni nosostros mismos terminamos de conocernos hasta que nos suceden las cosas.
Y aquellas cosas que alguna vez juzgamos de otros porque no la entendiamos , pueden tocarnos vivir y es ahi donde vamos a poder entenderlas. Por eso el dicho...."no escupas para arriba porque puede caerte en..."
Ninguno esta libre ni ecxento de errores, los hemos cometido, algunos nos llevo tiempo reconocerlo , aprenderlo, pero todos hemos hechos algunas de las cosas que hoy nos desagradan.
Por eso , esta bueno pensar y experiemtar que a veces una actitud puede decir mas que mil palabras. Hay silencios que dejan huellas en el camino y atraves del tiempo....
"Compartir lo que pienso, no significa en absoluto que sea como tal, expreso mi opinión y por supuesto puedo equivocarme"


Vanesa Alessandroni


 



Un día en la carpintería de mi pueblo se reunieron las herramientas para hablar de sus cualidades.


Para coordinar la reunión se puso al frente el martillo. Pero las herramientas dijeron que no le querían. Golpeaba mucho y hacía mucho ruido.

Entonces se puso al frente la de reunión el tornillo. Pero las herramientas dijeron que no le querían porque daba muchas vueltas.



El tornillo dejó paso al frente del grupo a la lija. Pero el grupo tampoco la quiso porque era muy áspera y siempre se rozaba con las demás herramientas.

Intentó organizar el grupo el metro. Pero el grupo tampoco lo quiso porque se pasaba el tiempo midiendo a las demás.


En ese momento entró la carpintera. Se puso el delantal y comenzó a trabajar. Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Así es como consiguió hacer un bello mueble para nuestro grupo.

Al anochecer la carpintería se quedó sola y las herramientas se reunieron de nuevo.

Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho y dijo:




"Señoras, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero la carpintera trabaja con lo mejor de nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosas. El martillo es fuerte. El tornillo une y da fuerza. La lija es especial para afinar y limar asperezas. El metro es preciso y exacto."





Se sintieron entonces orgullosas de sus fortalezas y de trabajar juntas.




 Para una convivencia sin violencia.




"No hay camino para la paz, la paz es el camino".



Con esta hermosa frase, Gandhi resumía toda una filosofía, una forma de ver, entender y sentir la vida.


No se puede expresar con menos palabras algo tan profundo y vital como es encarar nuestro presente y nuestro futuro llevando la bandera de la paz en una mano, y la del diálogo, el respeto a lo diferente, la solidaridad y el mestizaje, en la otra.



La tolerancia.



Podríamos definir la tolerancia como la aceptación de la diversidad de opinión, social, étnica, cultural y religiosa. Es la capacidad de saber escuchar y aceptar a los demás, valorando las distintas formas de entender y posicionarse en la vida, siempre que no atenten contra los derechos fundamentales de la persona...






La tolerancia si es entendida como respeto y consideración hacia la diferencia, como una disposición a admitir en los demás una manera de ser y de obrar distinta a la propia, o como una actitud de aceptación del legítimo pluralismo, es a todas luces una virtud de enorme importancia.






El mundo sueña con la tolerancia desde que es mundo, quizá porque se trata de una conquista que brilla a la vez por su presencia y por su ausencia. Se ha dicho que la tolerancia es fácil de aplaudir, difícil de practicar, y muy difícil de explicar.






Hay una tolerancia propia del que exige sus derechos: La oposición de Gandhi al gobierno británico de la India no es visceral sino tolerante, fruto de una necesaria prudencia. En sus discursos repetirá incansablemente que, “dado que el mal sólo se mantiene por la violencia, es necesario abstenerse de toda violencia”. Y que, “si respondemos con violencia, nuestros futuros líderes se habrán formado en una escuela de terrorismo”. ¿Les suena esto en la actualidad mundial?. Además, “si respondemos ojo por ojo, lo único que conseguiremos será un país de ciegos”.






¿Cuándo se debe tolerar algo? La respuesta genérica es: siempre que, de no hacerlo, se estime que ha de ser peor el remedio que la enfermedad. Se debe permitir un mal cuando se piense que impedirlo provocará un mal mayor o impedirá un bien superior. Ahí entra en juego nuestro discernimiento. Defender una doctrina, una costumbre, un dogma, implica casi siempre no tolerar su incumplimiento. Con este concepto entendemos claramente que la verdad siempre surge desde la individualidad y que las verdades generalistas solo nos llevan a un camino de confusión.






De todas formas, hay dos evidencias claras: que hay que ejercer la tolerancia, y que no todo puede tolerarse. Compaginar ambas evidencias es un arduo problema.






Todos los análisis realizados por filósofos y estudiosos de la materia al respecto a la tolerancia aprecian la dificultad de precisar su núcleo esencial: los límites entre lo tolerable y lo intolerable. De nuevo, y como en casi todos nuestros acontecimientos diarios, debemos beber en la fuente de la sencillez, ella será la encargada de otorgarnos el discernimiento que nos de la inspiración para el obrar.






Hemos empezado hablando de la tolerancia como parte del “respeto a la diversidad”. Se trata de una actitud de consideración hacia la diferencia, de una disposición a admitir en los demás una manera de ser y de obrar distinta de la propia, de la aceptación del pluralismo. Ya no es permitir un mal sino aceptar puntos de vista diferentes y legítimos, ceder en un conflicto de intereses justos. Y como los conflictos y las violencias son la actualidad diaria, la tolerancia es un valor que es muy necesario y urgentemente hay que promover.






Ese respeto a la diferencia tiene un matiz pasivo y otro activo. La tolerancia pasiva equivaldría al “vive y deja vivir”, y también a cierta indiferencia. En cambio, la tolerancia activa viene a significar solidaridad, una actitud positiva que se llamó desde antiguo benevolencia. Los hombres, dijo Séneca, deben estimarse como hermanos y conciudadanos, porque “el hombre es cosa sagrada para el hombre”. Su propia naturaleza pide el respeto mutuo, porque “ella nos ha constituido parientes al engendrarnos de los mismos elementos y para un mismo fin”. Séneca no se conforma con la indiferencia: “¿No derramar sangre humana? ¡Bien poco es no hacer daño a quien debemos favorecer!”. Por naturaleza, “las manos han de estar dispuestas a ayudar”, pues sólo nos es posible vivir en sociedad: algo “muy semejante al abovedado, que, debiendo desplomarse si unas piedras no sostuvieran a otras, se aguantan por este apoyo mutuo”. La benevolencia nos enseña a no ser altaneros y ásperos, nos enseña que un hombre no debe servirse abusivamente de otro hombre, y nos invita a ser afables y serviciales en palabras, hechos y sentimientos.






La tolerancia es un regalo desde los primeros años de la vida.





viernes, 29 de octubre de 2010

HAY PERSONAS





Nuestra vida es una telaraña de encuentros y desencuentros, de decisiones que nos llevan a otro hilo y a la vida de otra persona. Aún así, algunos nos marcan más que otros, ya sea para bien o para mal.
Hay personas que pasan por nuestra vida como un vendaval y aún así dejan en nosotros la impronta de su paso.



Son personas que nos marcan, dejándonos una huella imborrable a lo largo de nuestra vida... ya sea de dolor o de felicidad.
Son personas que nos cambian, que cambian nuestro modo de ver la vida, incluso nuestras futuras decisiones.


Son personas que nos hacen desear ser mejores, incluso llegar a serlo.




Algunas son personas que desearíamos no haber conocido jamás, y otras lamentamos que no hallan formado parte de nuestras vidas por más tiempo.




Y, por encima de todo, son personas que aunque una parte de nostros lamente su desaparición de nuestras vidas, la otra no puede dejar de darle las gracias a Dios por cada segundo pasado a su lado.

Son personas que lo cambian todo... son las personas que dejan huella.




Toma una sonrisa y désela a quien jamás la tuvo... Toma un rayo de sol y le hará volar allí donde reina la noche... Toma una lágrima y póngala en el rostro de quien jamás lloró... Toma coraje y póngalo en el ánimo de quien no sabe luchar... Descubra la vida y descríbala a quien no sabe entenderla... Toma la esperanza y viva en su luz... Toma la bondad y désela a quien no sabe darla... Descubra el amor y delo a conocer al mundo...





Miles de personas pasan por la vida, pero sólo unas pocas se quedan en la mente o mejor aún… en el corazón. Estamos en este mundo por y para algo, nada es casualidad, sino causalidad. Todo lo que se hace ya estaba escrito.


Lo que tenemos que hacer para que nuestro paso por la vida no sea sólo un nombre o un número de identidad, es tratar de ser una persona que se recuerde, dejar una enseñanza, que se nos recuerde por las buenas obras hemos hecho, por la ayuda desinteresada a nuestros semejantes…






HAY PERSONAS


Hay personas calladas, que necesitan de alguien para conversar.
Hay personas tristes, que necesitan de alguien que las consuele.
Hay personas tímidas, que necesitan de alguien que las ayude a vencer la timidez.
Hay personas solas, que necesitan de alguien para jugar.


Hay personas con miedo, que necesitan de alguien que les de la mano.
Hay personas fuertes, que necesitan de alguien que las haga pensar,


en la mejor manera de usar su fuerza.
Hay personas habilidosas, que necesitan de alguien que les ayude a descubrir,
la mejor manera de usar su habilidad.
Hay personas que juzgan, que no saben hacer nada y necesitan de alguien que las ayude,
a descubrir cuánto saben hacer.


Hay personas apresuradas, que necesitan de alguien que les muestre ,

todo lo que no tienen tiempo para ver.


Hay personas impulsivas, que necesitan de alguien que las ayude a no lastimar a otros.


Hay personas que se sienten afuera, y necesitan de alguien que les muestre el camino de entrada.
Hay personas que dicen que no sirven para nada y necesitan de alguien que las ayude a descubrir cuán importantes pueden ser.




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HAY PERSONAS QUE NECESITAN DE ALGUIEN,







QUIZÁS COMO TÚ O COMO YO.











(…) Yo siento que el gran destructor de la paz hoy es el aborto, porque es una guerra contra el niño, una matanza directa de niños inocentes, asesinados por la propia madre.


Y si nosotros aceptamos que una madre pueda matar incluso a su propio hijo, ¿cómo es que podemos decir a otras personas para que no se maten? ¿Cómo persuadimos a una mujer para no hacer el aborto? Como siempre, debimos de persuadirles con amor y debimos de recordarles que amor significa estar dispuesto a donarse hasta quebrarse. Jesús dio Su vida por amor a nosotros.


Así, la madre que piensa en abortar, debe ser ayudada a amar, o sea, a donarse hasta que quiebre sus planes, o su tiempo libre, para respetar la vida de su hijo. El padre de este niño, quienquiera que él sea, debe también donarse hasta que se quiebre.


A través del aborto, la madre no aprende a amar, sino que mata a su propio hijo para resolver sus problemas.


Y, a través del aborto, se dice al padre que él no tiene que tener ninguna responsabilidad por el niño que él trajo al mundo. Este padre probablemente va a poner a otras mujeres en la misma situación. Luego, el aborto sólo trae más aborto.


Cualquier país que acepte el aborto no está enseñando a su pueblo a amar, sino a usar de cualquier violencia para conseguir lo que se quiere. Por eso es que el mayor destructor del amor y de la paz es el aborto.
“Vamos a rescatar al niño”. El niño es el don de Dios para la familia. Cada niño es creado a imagen y semejanza de Dios para grandes cosas — para amar y ser amado. Cuando las personas más viejas son llamadas a Dios, solamente sus hijos pueden tomar sus lugares.


¿Pero que nos dice Dios? Él dice: “Pues aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido.


Míra, en las palmas de mis manos te tengo tatuada” (Is 49, 15-16). Nosotros estamos grabados en la palma de la mano de Dios; aquel niño que aún no nació está grabado en la mano de Dios desde la concepción y es llamado por Dios a amar y ser amado no solamente en esta vida, sino para siempre. Dios jamás se olvida de nosotros.

Por favor no mate a ese niño. Yo quiero a ese niño. Por favor denme a ese niño. Yo estoy dispuesta a aceptar cualquier niño que esté por ser abortado y dar este niño a una pareja que irá a amar al niño y ser amado por ella.


La forma de planear la familia es la planificación familiar natural, no la contracepción. Al destruir el poder de dar la vida, a través de la contracepción, un marido o esposa está haciendo algo para sí mismo. Atrae la atención para sí y así destruye el don del amor en él o en ella. Al amar, el marido y mujer deben volver la atención entre sí como sucede en la planificación familiar natural, y no para sí mismos, como sucede en la contracepción. Una vez que el amor vivo es destruido por la contracepción, fácilmente se sigue el aborto.
Tú también debes traer esta presencia de Dios para tu familia, pues la familia que reza unida, permanece unida. Existe tanto odio, tanta miseria, y nosotros con nuestras oraciones, con nuestro sacrificio, estamos comenzando en casa. El amor comienza en casa, y no se trata de cuánto nosotros hacemos, sino cuanto amor colocamos en aquello que hacemos.


Si recordamos que Dios nos ama, y que nosotros podemos amar a los otros como Él nos ama, entonces América puede hacerse una señal de paz para el mundo. De aquí debe salir hacia el mundo, una señal de cuidado para el más débil de los débiles — el futuro niño.

Madre Teresa de Calcuta




"Escuchame mama: Yo nunca hable contigo y quizas jamas lo hagamos, pero hoy he querido saludarte...Como estas?


Te he notado muy inquieta y se que has decidido separarte de mi, he llorado mucho, pues aunque soy muy pequenito, tengo sentimientos inmensamentes grandes.


Tu sabes...Me han dicho que la vida es muy bella, aunque vivas maldiciendo la tuya.


Antes que me dejes...Queria preguntarte algo:


Porque te averguenzas de mi?


Porque te empenas tanto en que tu y yo no separemos?...Entonces fui yo el motivo de tus lagrimas, de tu ira, y de que tu cara se sonroje frentes a tus "Amigos"?


Acaso no soy sangre de tu sangre, cuerpo de tu cuerpo, y alma de tu alma?


Pero aunque pronto mi corazoncito dejara de latir junto al tuyo, yo seguire viviendo en tu recuerdo y en tu conciencia.


Me hubiera gustado llegar a ser tu hijo, tu amigo, tu companero, aquel motivo de tus suenos o ese aire de tu vida, pero tu no quisiste.



Despues de esto no tengo mucho que decirte, tan solo que...Ya me habia encarinado contigo MAMA, pero es triste y ha llegado el momento, ahora solo deja que apoye mis labios en tus entranas, para que despues no puedan desprenderte de este beso y de este adios...